Durante el reciente desfile militar en Pionyang, con motivo del 80º aniversario de la fundación del Partido de los Trabajadores, Corea del Norte exhibió su nuevo misil balístico intercontinental Hwasong-20, descrito como «el sistema de armas nucleares estratégicas más poderoso» del país. El evento, que contó con la presencia del líder Kim Jong-un, se destacó por la notable ausencia de líderes internacionales como Xi Jinping y Vladímir Putin, lo que generó especulaciones sobre el respaldo global del régimen norcoreano.
La agencia estatal KCNA informó que el Hwasong-20, capaz de portar ojivas múltiples, podría revolucionar la capacidad ofensiva de Corea del Norte al permitir ataques contra varios objetivos simultáneamente. Sin embargo, su efectividad no ha sido comprobada mediante pruebas, alimentando el escepticismo entre expertos. Mientras tanto, Kim Jong-un enfatizó en su discurso la necesidad de fortalecer el ejército norcoreano como una “fuerza invencible” frente a las amenazas percibidas, sin mencionar directamente a Estados Unidos o Corea del Sur.
El desfile también mostró una variedad de armas avanzadas, incluyendo misiles hipersónicos y sistemas antiaéreos. A pesar de las señales abiertas de diálogo por parte de Seúl y la disposición de Washington para negociar sin condiciones previas, el régimen de Kim continúa ignorando estas ofertas, lo que refleja la compleja y volátil situación en la península coreana.
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