La ficción ha traspasado las barreras de la pantalla para convertirse en una oscura realidad que impacta profundamente a los seguidores de El juego del calamar. Una mujer surcoreana, que se dejó llevar por los encantos de una supuesta relación virtual con Lee Jung-jae, el reconocido protagonista de la serie, ha perdido cerca de 300.000 euros en una de las estafas románticas más notorias del país.
La historia comenzó de manera inocente, a través de TikTok. Un perfil que aparentaba ser el actor, respaldado por vídeos editados y selfies generados por inteligencia artificial, se comunicó con la mujer, quien, ya entrado en años, buscaba un poco de emoción en su vida. El impostor, aprovechando la admiración que ella sentía, le hizo creer que estaba rodando una nueva temporada de la serie y que deseaba mantener contacto con sus fans. Poco a poco, sus mensajes se tornaron más cálidos y cercanos, sellando una conexión que resultó ser un engaño magistral.
La víctima, identificada como Sra. A, manifestó su desconcierto cuando finalmente comprendió la magnitud del fraude. «De verdad creía que era el verdadero Lee Jung-jae. Mirando hacia atrás, me siento muy tonta», confesó en una entrevista. El corazón de esta historia se ha visto desgarrado por un romance ficticio, pues el estafador la colmó de atenciones y, bajo la promesa de una reunión privada que jamás ocurriría, logró convencerla de transferir grandes sumas de dinero para «resolver problemas de rodaje».
Encima de la amargura de haber sido engañada, ahora se siente expuesta y vulnerable. La agencia del actor, Artist Company, ha alertado sobre la proliferación de este tipo de fraudes que utilizan la imagen de sus representados. En un comunicado, subrayaron que estos casos no son aislados y advirtieron a los fans sobre la importancia de no responder a solicitudes inusuales.
El alcance del problema es alarmante. La Policía de Miryang está rastreando un posible trasfondo de red criminal internacional, conectando el caso con operaciones en Camboya donde diversas mujeres han sido víctimas de estafas similares. Este tipo de engaños no es nuevo, pero su sofisticación ha aumentado gracias a las redes sociales y la tecnología de inteligencia artificial, que facilita la creación de identidades digitales casi indetectables.
La historia de Sra. A ha resonado en el corazón de muchos, reflejando una realidad más amplia donde la soledad y el deseo de conexión son explotados por delincuentes astutos. En Corea del Sur, las “estafas del amor” han ganado notoriedad, y las autoridades están intensificando esfuerzos para combatir este fenómeno que amenaza con ensombrecer la vida emocional de sus ciudadanos.
Mientras la investigación avanza, los responsables del engaño siguen prófugos, y muchos se preguntan hasta dónde llegará esta ambición desmedida que se aferra a los sueños de aquellos que buscan amor y conexión en un mundo cada vez más virtual. La ficción de El juego del calamar ha sido una alegoría de la ambición humana, pero en la vida real, el dolor de la decepción se hace eco entre aquellos que, como la Sra. A, creyeron en un amor que jamás existió.









