El verano de 2025 ha puesto de manifiesto la gravedad de la situación que atraviesan los bosques españoles. Según los datos provisionales, cerca de 400.000 hectáreas han sido devastadas por los incendios, lo que convierte este año en uno de los más destructivos de las últimas décadas.
“Los incendios forestales no pueden afrontarse únicamente desde la perspectiva de la extinción. La verdadera raíz del problema está en la despoblación y en la falta de gestión del territorio, que han dejado al medio rural en una situación cada vez más frágil y vulnerable”, explica Marta Corella, ingeniera forestal, directora de Bioeconomía en COPADE y vicedecana del Colegio Oficial de Ingenieros de Montes.
Corella añade que el 56% del territorio español es forestal, un dato que obliga a una reflexión: “el planeta no nos necesita; somos nosotros quienes dependemos de los recursos que nos brindan nuestros montes”. También alerta de que factores como el abandono de los pueblos, la desaparición del ganado o el avance del monte sobre tierras agrícolas aumentan el riesgo de grandes incendios.
La situación no es exclusiva de España. En Europa, la superficie calcinada supera ya el millón de hectáreas, con nuestro país entre los más afectados. La combinación de olas de calor inéditas, sequías persistentes y ausencia de gestión forestal ha incrementado notablemente la exposición de los bosques.
A esta emergencia climática se suma un factor social clave: el abandono rural. Investigaciones como “Narratives of land abandonment in a biocultural landscape of Spain” constatan que la pérdida de población y de actividades tradicionales —como el pastoreo o la agricultura extensiva— está dando lugar a paisajes cada vez más uniformes, con una mayor acumulación de combustible y, por tanto, más proclives a incendios de gran magnitud. En este contexto, la llamada “España vaciada” se convierte en una de las dimensiones menos visibles, pero más determinantes, de esta crisis.
Proyectos del Bosque a tu Casa y Bosque Innova
COPADE lleva a cabo varias iniciativas y proyectos para promover la gestión y aprovechamiento sostenible de los montes como una de las medidas que consideramos puede ayudar a mitigar el riesgo de incendios. Los proyectos DBC (Del Bosque a tu Casa) y Bosque Innova, que cuentan con el apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO) en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR) financiado por la Unión Europea – NextGenerationEU), representan un paso decisivo hacia modelos de desarrollo rural más sostenibles e inclusivos, que ponen en valor los recursos forestales al tiempo que fortalecen la cohesión social y económica de los territorios.
DBC impulsa el liderazgo femenino en el medio rural mediante iniciativas innovadoras que aprovechan de forma sostenible los productos forestales no maderables, fomentando al mismo tiempo el emprendimiento y la igualdad de género.
Bosque Innova, con actuaciones en el Alto Tajo, Montes Universales y Serranía Alta de Cuenca, promueve la conservación de la biodiversidad, la restauración de ecosistemas y la bioeconomía forestal, creando nuevas oportunidades de empleo verde y combatiendo la despoblación.
Abandono rural y el riesgo de incendios: una relación directa
En España, donde más de la mitad del territorio es superficie forestal, la falta de actividad rural tiene consecuencias que afectan directamente al riesgo de incendios: se acumula vegetación, desaparecen los cultivos y se pierde el mosaico de paisajes que antes actuaba como cortafuegos natural. Una situación que favorece el aumento y la frecuencia de los incendios y dificulta su control, situando a la sociedad ante un problema de seguridad ambiental, social y económica de primer orden.
COPADE propone la bioeconomía como solución de futuro
Desde COPADE sostienen que, para avanzar en materia de prevención de incendios, es fundamental elaborar un plan basado en el desarrollo rural y la bioeconomía, un modelo económico que aproveche de forma sostenible los recursos naturales. Para ello, es necesario llevar a cabo una serie de cambios que ayuden a la supervivencia del medio rural:
- Crear empleo vinculado a la gestión del territorio para mantener a la población en las zonas rurales.
- Revalorizar los recursos forestales bajo criterios de sostenibilidad y economía circular.
- Contribuir a crear paisajes multifuncionales y resilientes, donde la presencia humana contribuya al equilibrio del ecosistema en lugar de agravar su deterioro.
“Si queremos reducir de forma estructural la emergencia de los incendios forestales, debemos apostar por políticas y proyectos que devuelvan vida al campo y fortalezcan la bioeconomía. Solo así podremos garantizar montes más seguros, sostenibles y preparados frente al cambio climático”, subraya Marta Corella, directora de Bioeconomía de COPADE. Es decir, y como remarca Corella, “el futuro de nuestros montes depende de lo que sembremos hoy: personas, proyectos y bioeconomía”.