El Servicio de Atención y Coordinación de Urgencias y Emergencias 1-1-2 de Castilla-La Mancha ha coordinado la ayuda de los grupos de intervención en emergencias en los 248 accidentes de tráfico graves que se contabilizaron durante el año pasado en la región, causando el fallecimiento de un total de 85 personas.
Según los datos recopilados, se ha observado un incremento en el número de accidentes de tráfico graves en comparación con el año anterior, con un total de 14 incidentes más en 2023 en comparación con los registrados en 2022. Sin embargo, a pesar de este aumento en la siniestralidad, el índice de mortalidad se ha mantenido estable, con una persona fallecida más en 2023 en comparación con el año anterior.
Durante el año pasado, se atendió una media mensual de 20 accidentes de tráfico graves desde el Servicio 1-1-2. Destaca que más del 30 por ciento de estos incidentes fueron causados por la salida de vía del vehículo, sin la intervención de otro coche como causante del siniestro, lo que representa una preocupante proporción.
Por provincias, Toledo fue donde se produjo el mayor número de incidentes, seguido por Albacete y Cuenca. En cuanto a la temporalidad, los meses de julio y agosto fueron los que más accidentes contabilizaron, evidenciando un aumento de la siniestralidad durante la época estival.
La coordinación de recursos desde el 1-1-2 es fundamental en estos casos, movilizando a las fuerzas de seguridad, servicios sanitarios, bomberos y personal de mantenimiento de carreteras para atender de manera eficiente y rápida los accidentes de tráfico graves.
En resumen, a pesar de los esfuerzos por parte de las autoridades y los organismos de emergencia, los accidentes de tráfico continúan siendo un problema grave en Castilla-La Mancha, destacando la importancia de la prevención y la coordinación en situaciones de emergencia en las carreteras.