El presidente de Cooperativas Agro-alimentarias de Castilla-La Mancha, Ángel Villafranca, ha destacado la preocupante situación del viñedo en la región, atribuyendo su pérdida de potencial a la jubilación de los agricultores y la falta de relevo generacional. Durante una intervención ante los medios de comunicación en Cuenca, Villafranca subrayó la necesidad de establecer una política migratoria que facilite la llegada de trabajadores para este cultivo vital.
Villafranca advirtió que el viñedo, considerado un cultivo que requiere mucha mano de obra, enfrenta retos significativos. «Es un leñoso y hay que podarlo todos los años y hay que trabajarlo intensamente», explicó, señalando que la escasez de jóvenes dispuestos a incorporarse al sector agrario agrava la situación.
Hizo hincapié en que la falta de políticas adecuadas en materia de inmigración ha dejado a los viticultores sin los recursos humanos necesarios. «Hay una asignatura pendiente que hay que acometer y es la de establecer una política de inmigración que nos permita tener los contingentes de trabajadores necesarios para poder cultivar el viñedo», indicó.
Además de la mano de obra, Villafranca mencionó la rentabilidad como un factor que ha afectado la producción de vino en la región. «Hemos atravesado dos o tres años con una sequía muy fuerte, que nos ha hecho caer mucho nuestras producciones y en un sector como el vino y los mostos, que compites con otros países que no han tenido ese problema de falta de lluvias, pues evidentemente han estado mejor que nosotros», comentó.
A pesar de los desafíos, el presidente de Cooperativas Agro-alimentarias de Castilla-La Mancha se mostró optimista, recordando la relevancia histórica del viñedo en la región: «No plante ningún árbol donde pueda plantar una viña. ¿Por qué vamos a abandonarlo si somos el sector principal? Castilla-La Mancha no se entendería sin viñas y nuestra apuesta es por mantenerlas y por innovar con políticas y estructuras del siglo XXI», concluyó.