Bruselas impulsa una verificación de edad para acceder a contenidos online, pero expertos advierten del riesgo para la privacidad y piden más educación digital en casa y en la escuela
La Comisión Europea ha presentado esta semana dos medidas clave para proteger a los menores en Internet: unas nuevas directrices dentro del Reglamento de Servicios Digitales (DSA, por sus siglas en inglés) y el lanzamiento de un plan piloto para implantar un sistema común de verificación de edad online en la Unión Europea.
El objetivo, según la vicepresidenta ejecutiva Henna Virkkunen, es claro: «garantizar un entorno digital más seguro para niños y adolescentes», en un contexto en el que uno de cada tres usuarios de Internet en Europa es menor de edad y accede a redes y plataformas cada vez a una edad más temprana.
Sin embargo, el plan ha generado debate. ¿Hasta qué punto es efectivo —y seguro— controlar el acceso a Internet con sistemas obligatorios de verificación de edad? ¿Y no debería ser la educación digital, en casa y en la escuela, el verdadero pilar para preparar a los menores ante los retos del mundo online?
Una iniciativa ambiciosa
Las nuevas directrices del DSA hacen recomendaciones no vinculantes a las plataformas digitales: cuentas privadas por defecto para menores, límites al contenido recomendado, eliminación de funciones que generen adicción o fomenten el ciberacoso, y herramientas de denuncia adaptadas a los más jóvenes.
Pero la gran novedad es el proyecto de verificación de edad online, que se pondrá a prueba en Dinamarca, Francia, Grecia, Italia y España a partir de este verano. La idea es crear una aplicación común en toda la UE que permita demostrar si un usuario es mayor de 18 años antes de acceder a contenidos sensibles.
El sistema, aseguran desde Bruselas, será «seguro y respetuoso con la privacidad», y podrá adaptarse a cada país. Sin embargo, aún no se conocen los detalles técnicos ni cómo se evitará que este sistema derive en una forma encubierta de identificación obligatoria en Internet.
¿Privacidad en riesgo?
Diversos expertos en derechos digitales han mostrado su preocupación por el posible impacto de esta medida. Verificar la edad de millones de usuarios implicaría manejar datos personales sensibles, lo que podría abrir la puerta a fallos de seguridad, filtraciones o, incluso, usos indebidos de esa información en el futuro.
Además, algunos temen que esta iniciativa marque el inicio de una tendencia hacia la exigencia de identidad digital obligatoria para navegar por Internet, lo que cambiaría radicalmente el principio de anonimato y libertad que ha definido a la red desde sus inicios.
Lo que piden padres y profesores: más educación, menos control
Más allá de la tecnología, numerosos educadores, psicólogos y familias defienden que la clave no está solo en controlar, sino en formar.
«Es positivo que se quiera proteger a los menores», señala Teresa Moreno, madre de dos adolescentes y profesora de instituto, «pero la verdadera herramienta para que los chavales estén seguros en Internet es que sepan cómo funciona, que desarrollen sentido crítico y aprendan a reconocer los riesgos».
Organizaciones de madres y padres reclaman campañas de formación, guías prácticas, clases sobre el buen uso de las redes sociales y el móvil, y más presencia de la competencia digital en el currículo escolar. En su opinión, la educación digital empieza en casa y continúa en las aulas, mientras que los controles tecnológicos deben ser un complemento, no la solución única.
¿Es posible otro enfoque?
El dilema es complejo: ¿cómo proteger a los menores sin limitar en exceso su acceso a la información, ni comprometer la privacidad de toda la ciudadanía? Algunos expertos proponen soluciones intermedias:
- Sistemas de verificación voluntarios pero no obligatorios.
- Uso de inteligencia artificial para detectar conductas de riesgo en lugar de controlar edades.
- Incentivos a plataformas que diseñen entornos más seguros sin necesidad de identificación.
- Y sobre todo, más inversión en programas educativos de alfabetización digital.
Conclusión
La Comisión Europea ha dado un paso importante al situar la protección de los menores en el centro de la agenda digital. Pero el reto ahora es encontrar un equilibrio: proteger sin invadir, educar sin infantilizar, y aplicar la tecnología sin que se convierta en un instrumento de control.
Como señala la pedagoga digital Carmen Gil, «el mejor firewall no es un código, es una mente crítica. Y eso solo se consigue con educación, no con vigilancia».
Mientras tanto, el piloto de verificación de edad comenzará a probarse en los próximos meses y se espera que esté disponible en todos los países de la UE a principios de 2026. La conversación —sobre qué tipo de Internet queremos para nuestros hijos, y para todos—, apenas comienza.
Fuente: Noticias Educación y Noticias Redes Sociales