En una convocatoria electoral sin precedentes, más de 370 millones de ciudadanos de la Unión Europea han sido convocados a participar en los comicios trasnacionales que han tenido lugar en los 27 países miembros desde el jueves 6 de junio, con Países Bajos inaugurando la apertura de las urnas, hasta el cierre en Italia a las 11 de la noche de este domingo. Estas elecciones se perfilan como un reflector hacia el futuro político de Europa, con temas cruciales como la gestión de la inmigración, la participación electoral y el surgimiento de nuevas fuerzas políticas, especialmente de la ultraderecha, en el tablero político europeo.
La asistencia a las urnas ha sido un tema de interés particular, dado que en las elecciones comunitarias anteriores, la participación rozó ligeramente por encima del 50%, un número que muchos esperan ver superado este año. A nivel nacional, la asistencia ha variado significativamente, con España reportando una participación del 60,7% en las europeas de 2019, un año en el que las elecciones europeas coincidieron con las municipales.
Las elecciones de este año no son únicamente de índole europea. En Bélgica, por ejemplo, las elecciones son triples, abarcando lo local y parlamentario; un escenario similar ocurre en Bulgaria, Alemania, Chipre, Hungría y Eslovenia, donde los votantes han decidido también sobre asuntos nacionales y locales. Esto ha incrementado la relevancia de la votación, auspiciando un mayor interés y participación por parte de los ciudadanos.
De acuerdo con las primeras estimaciones, la ultraderecha parece fortalecer su posición en el Parlamento Europeo, particularmente con victorias en Austria y Hungría, además de un avance significativo en Alemania, un doble incremento en Grecia y una irrupción en países donde anteriormente no tenía representación, como Portugal.
Alemania, como el país con mayor número de representantes en el Parlamento Europeo, ha visto un aumento en la participación temprana, lo que algunos análisis sugieren podría traducirse en una ganancia para el bloque conservador de la CDU/CSU. Por otro lado, la extrema derecha, a pesar de controversias internas, se mantiña firme como segunda fuerza. Francia y Portugal también han reportado un ligero aumento en la participación, con la ultraderecha obteniendo notoriedad en Francia y logrando una representación sin precedentes en Portugal.
Mientras tanto, en Hungría y la República Checa se reportan aumentos significativos en la participación electoral, contrastando con la tendencia decreciente en Polonia, Grecia y Croacia, donde se percibe una disminución en el interes de los votantes.
Los resultados de estas elecciones marcarán el curso de la Unión Europea en los próximos años, abordando desde la propia integración europea hasta desafíos globales como la migración y el cambio climático. Con Italia cerrando las urnas, Europa y el mundo esperan ahora los resultados finales de esta cruciales elecciones, anticipando los desafíos y oportunidades que definirán el futuro inmediato del continente.
