En un impactante giro hacia el género del true crime, Netflix está a punto de lanzar «Ciudad tóxica», una miniserie que ha generado expectativas y polémica a partes iguales antes de su estreno el próximo 27 de febrero. La serie, inspirada en los escandalosos envenenamientos de Corby en el Reino Unido, narra la devastadora historia de un desastre químico que tuvo graves repercusiones en las décadas de 1980 y 1990.
El drama sigue de cerca la lucha desesperada de Susan McIntyre, interpretada por Jodie Whittaker, quien junto a otras valientes madres, se embarca en una cruzada contra las autoridades para destapar la verdad detrás del envenenamiento que ha dejado a su hijo y a muchos otros con malformaciones significativas. Las actuaciones de Aimee Lou Wood y Claudia Jessie complementan este sobrecogedor relato de valor y perseverancia ante la adversidad.
El reconocido guionista Jack Thorne, célebre por su trabajo en «La materia oscura» y «Enola Holmes», es el cerebro detrás de esta producción de cuatro episodios. La dirección recae en Minkie Spiro y cuenta con figuras estelares como Robert Carlyle, Brendan Coyle y Rory Kinnear, lo que augura una experiencia cinematográfica de primer nivel.
La historia de «Ciudad tóxica» no solo se enfoca en el terrible daño ambiental causado sino también en la inquebrantable voluntad de una comunidad que se niega a ser silenciada. La serie promete un viaje emocional lleno de drama, misterio y una crítica social que podría transformar la manera en que los espectadores perciben las tragedias ecológicas y la lucha contra la corporatocracia.
Lo que hace especialmente interesante a «Ciudad tóxica» es su capacidad para resonar en la conciencia colectiva, ofreciendo más que entretenimiento. Es una ventana a los retos y victorias de personas de carne y hueso, sufriendo las consecuencias de la negligencia y la avaricia.
A pesar de la descripción de esta miniserie como algo que Donald Trump «no quiere que veas», lo cierto es que su relevancia trasciende la política, hablando directamente al corazón de los espectadores sobre la importancia de proteger nuestro medio ambiente y demandar responsabilidades. Como sugiere un ávido crítico, «Ciudad tóxica» se siente como «20 puñetazos al corazón», una afirmación que, sin duda, captura la esencia intensamente emocional y provocativa de esta esperada serie de Netflix.