En una noche impregnada de emociones, el plató de «Tu cara me suena» se transformó en un escenario de sonrisas y lágrimas durante la séptima gala del concurso emitido el viernes, 23 de mayo, dejando un recuerdo imborrable tanto para el público como para los participantes. El programa, conocido por sus espectaculares transformaciones y actuaciones, vivió uno de sus momentos más conmovedores cuando Yenesi, la artista drag, subió al escenario para enfrentarse a uno de los desafíos más difíciles de la noche.
El duelo de la noche enfrentó a Yenesi con Mikel Herzog Jr., ambos asignados a interpretar canciones de David Bisbal, pero con retos emocionales distintos. Mientras Herzog Jr. abría la gala con «Camina y ven», a Yenesi le tocó interpretar «Mi princesa», un tema especialmente significativo para la artista, que ya anticipaba la dificultad de contener sus emociones durante la actuación. La elección de esta canción no fue casualidad; su carga emocional, ligada a la presencia de su familia en el plató, estableció el escenario para uno de los momentos más especiales e íntimos de la historia del programa.
Yenesi, visiblemente emocionada, terminó su actuación sin poder contener las lágrimas, desencadenando un efecto dominó de emoción entre presentadores, jueces y audiencia. La joven se dirigió inmediatamente hacia sus familiares, fundiéndose en un emotivo abrazo que capturó los corazones de todos los presentes.
Manel Fuentes, presentador del programa, no pudo ocultar su conmoción, al igual que los miembros del jurado Ana Guerra, Chenoa y Àngel Llàcer, quien enfatizó la magia del momento afirmando que se trataba de una actuación que trascendía la mera valoración para convertirse en una demostración del corazón. Chenoa, visiblemente emocionada, destacó la capacidad de Yenesi para conectar con la audiencia, mientras que Llàcer ofreció unas palabras que resonaron en el plató: “Lo de hoy lo tienes que recordar siempre que es mostrarte tal y como tú eres. Hoy he visto, por primera vez, tu alma, y tu alma es clara y preciosa”.
La noche del 23 de mayo en «Tu cara me suena» demostró que más allá del entretenimiento y la competencia, la música y la actuación tienen el poder de tocar las fibras más sensibles del ser humano, creando conexiones auténticas y momentos inolvidables que quedan grabados en la memoria de todos los que tienen el privilegio de ser parte de ellos.