Natalia Sánchez, representante del equipo de Sueños de libertad, ha generado controversia al describir el embarazo de Begoña como «la semilla del diablo». Esta declaración se suma a la trama rica y compleja de la popular serie de Antena 3, que ha capturado la atención de los televidentes con sus giros inesperados y conflictos humanos.
Uno de los personajes más destacados es Pelayo, interpretado por Alejandro Albarracín. Su papel como gobernador civil de Toledo y esposo de Marta de la Reina no solo ha levantado críticas, sino que también ha fascinado por su complejidad emocional. En su reciente encuentro con los medios, Albarracín compartió sus reflexiones sobre la evolución de Pelayo, un hombre inicialmente impulsado por la ambición, que transita hacia un territorio sombrío donde sus deseos y temores se enfrentan constantemente.
El viaje de Pelayo comenzó en Perfumerías De la Reina con el sueño de escalar en la política, pero pronto se vio empujado por las dinámicas familiares y las tensiones propias de su época. Alejandro, que ya ha dejado su huella en otras producciones como Amar es para siempre, destacó cómo la interacción con su familia política sirvió de catalizador para que salieran a la luz sus lados más oscuros y vulnerables. «Se ha metido en el avispero De la Reina, que está sacando lo peor de él», confesó, aludiendo a los celos que siente por la relación entre Marta y Fina, lo que lo lleva a cuestionar su propia identidad en una sociedad que no acepta su orientación sexual.
Los dilemas amorosos de Pelayo son intensos, complicados aún más por el profundo sentido de culpa que lo rodea tras la partida de Fina a Argentina. Este hecho alteró drásticamente su dinámica con Marta y le planteó una lucha interna sobre sus verdaderos sentimientos. «Pelayo no entiende lo que hay entre Marta y Fina», reflexionó Albarracín, señalando la angustia del personaje en medio de un triángulo amoroso que ha atrapado a la audiencia.
A pesar de las adversidades, el actor mantiene una pizca de esperanza. «Ojalá se enamore y deje a las Mafin tranquilas, y puedan vivir felices los cuatro», bromeó, sugiriendo que una posible redención y un cambio de rumbo podrían ofrecer una nueva perspectiva al personaje y, por ende, a la trama.
Los guionistas de Sueños de libertad siguen explorando la complejidad moral y emocional de Pelayo, un hombre atrapado entre sus ambiciones políticas y un matrimonio construido sobre la conveniencia. Cada episodio deja a la audiencia expectante, no solo por los giros en la narración, sino también por las posibilidades de transformación de un personaje que busca, en el fondo, la verdadera conexión humana.
