En un episodio televisivo marcado por la controversia y los ánimos exaltados, el programa vespertino «Y ahora, Sonsoles» se convirtió en el epicentro de una trifulca mediática que traspasó la pantalla. La tensión máxima se apoderó del set cuando Magdalena Menchero, madre del fallecido cantante lírico Carlos Marín, interrumpió la emisión en directo para desahogar su descontento y acusaciones contra Yola Berrocal, representante del artista, y otros miembros del programa.
Durante la emisión del 26 de diciembre de 2024, Menchero no solo dirigió sus críticas a Berrocal, acusándola de falsedad y de haber tenido intenciones poco profesionales hacia su hijo, sino que también extendió sus reproches hacia los colaboradores del programa y Beatriz Cortázar, periodista que había entrevistado previamente a Geraldine Larrosa, la exdel cantante de Il Divo. La disputa familiar, avivada por cuestiones de herencia y reputación artística, se abrió camino en el debate televisivo, transformando el espacio en un ring de acusaciones cruzadas.
Las tentativas de Sonsoles Ónega de mediar en el conflicto y mantener la calma resultaron infructuosas ante la incontenible Menchero, quien monopolizó la conversación, llevando eventualmente a la suspensión temporal de su intervención. «Sois unas falsas todas», exclamó por la línea telefónica, sin atender a las súplicas de la presentadora por reducir el volumen y permitir un intercambio dialógico equitativo.
Este encendido debate puso de relieve las dificultades de gestionar emociones intensas y disputas personales en un formato en directo, poniendo a prueba la habilidad de los presentadores para navegar entre la libertad de expresión de los invitados y la necesidad de mantener un espacio de diálogo respetuoso y ordenado.
El incidente no solo capturó la atención de la audiencia por la intensidad del conflicto, sino también por la forma en que arrojó luz sobre las tensiones subyacentes dentro del espectáculo y sus participantes, marcando un episodio memorable en la televisión de tarde español.