Conexión Global desde Zaragoza: Cómo un Centro Logístico Une a España con las Potencias Económicas Mundiales

En un contexto global cada vez más volátil y desafiante, marcado en los últimos años por una ralentización de la globalización y exacerbado por tensiones geopolíticas crecientes, la Unión Europea se enfrenta a uno de sus mayores desafíos: la vulnerabilidad de sus cadenas de suministro y la imperiosa necesidad de fortalecer su competitividad en el escenario mundial. Frente a las economías dominantes de Estados Unidos y China, que juntas representan el 40% del PIB mundial, Europa busca redefinir su posición a través de la sostenibilidad, el equilibrio regulatorio y la inclusión, aunque estos factores por sí solos no garantizan su liderazgo económico.

Las disrupciones en las cadenas de suministro, evidenciadas con crudeza durante la pandemia por la escasez de equipos de protección individual y semiconductores, y más recientemente, por los cuellos de botella en el suministro de grano debido al conflicto entre Rusia y Ucrania, han iluminado la dependencia estratégica de Europa en sectores críticos. Víctor Burguete, investigador sénior en el área de Geopolítica global y seguridad del Barcelona Centre for International Affairs (CIDOB), subraya la urgencia de reevaluar la organización de las cadenas de valor y su incidencia en la economía del continente.

En este escenario, la Unión Europea y sus estados miembros han lanzado una serie de medidas para mitigar estos riesgos y apropiarse de una mayor autonomía estratégica. Estrategias como el near-shoring y el friend-shoring han emergido como alternativas viables al tradicional offshoring, junto con la implementación de iniciativas de de-risking. Este enfoque nuevo pretende evitar el desacople económico y promover la integración de proveedores más cercanos y confiables. Sustentando esta visión, la consultora global McKinsey estima que mejorar la competitividad en las cadenas de valor podría suponer un beneficio de hasta un billón de euros anuales en valor añadido para Europa hacia 2030.

Un proyecto representativo de esta ambición es RISE-SME, financiado por Horizon Europe con 2,5 millones de euros, cuyo objetivo es robustecer la cadena de suministro entre las pequeñas y medianas empresas europeas aumentando su flexibilidad, sostenibilidad y competitividad. Carolina Ciprés, directora de investigación en Zaragoza Logistics Center (ZLC) y coordinadora de RISE-SME, detalla que la innovación del proyecto radica en su metodología para anticipar disrupciones mediante la implementación de modelos basados en la teoría de grafos y la simulación.

Junto a RISE-SME, otros proyectos gestionados desde el ZLC buscan fortalecer la competitividad y la sostenibilidad de las cadenas de suministro europeas a través de la tecnología y la innovación. Estos esfuerzos subrayan el compromiso de Europa con el fortalecimiento de su tejido empresarial frente a choques externos y la imperativa de avanzar hacia una mayor integración y cohesión del mercado único, un objetivo anhelado pero aún incompleto.

La Europa de hoy se encuentra en un punto de inflexión, buscando no solo responder a las inmediatas crisis de suministro, sino también reconfigurar su economía para ser más resiliente, sostenible y competitiva a nivel global. El éxito de esta empresa requerirá una sinergia sin precedentes entre países miembros, empresas y entidades supranacionales, una tarea ardua pero esencial para asegurar el futuro económico del continente en un mundo cada vez más incierto.

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