En un consenso casi absoluto, expertos de diversas áreas, desde la regulación nuclear hasta la política exterior, han afirmado que las instalaciones nucleares de Irán han sufrido una destrucción significativa. La reciente intervención militar liderada por Estados Unidos ha sido calificada de «histórica», con resultados que podrían retrasar por años el programa nuclear iraní.
Rafael Grossi, Director General de la Agencia Internacional de Energía Atómica, destacó la precisión de las máquinas utilizadas en el proceso de enriquecimiento de uranio y confirmó que estas han quedado irremediablemente dañadas. Según él, las vibraciones generadas por las explosiones han arruinado las centrifugadoras, herramientas esenciales para cualquier intento futuro de desarrollar armas nucleares.
La inteligencia estadounidense también ha corroborado estos impactos devastadores. El director de la CIA, John Ratcliffe, informó que nuevas fuentes de inteligencia validan que varios centros clave del programa nuclear iraní han sido destruidos, lo que implica que la reconstrucción podría llevar años. La Directora de Inteligencia Nacional, Tulsi Gabbard, enfatizó que todos los principales sitios nucleares en Irán fueron golpeados, haciendo improbable una rápida recuperación.
Desde el ámbito militar, el excomandante supremo aliado de la OTAN en Europa, Philip Breedlove, aplaudió la ejecución de los ataques y anticipó daños significativos. Por su parte, la Comisión de Energía Atómica de Israel declaró que los ataques han puesto a Irán en una posición mucho más débil, al no tener acceso inmediato a material nuclear.
Las declaraciones del personal de la administración estadounidense resaltaron la monumental magnitud de los daños. El Secretario de Defensa, Pete Hegseth, aseguró que la fuerza de los bombardeos fue tal que «cualquier evaluación alternativa es mera especulación». Paralelamente, el presidente Donald Trump subrayó que las imágenes satelitales claramente evidencian la devastación, describiendo el impacto como «olvidable».
La comunidad internacional ha tomado nota de los acontecimientos, con declaraciones de diversas fuentes que refuerzan la percepción de que Irán enfrenta un serio obstáculo en sus aspiraciones nucleares. Mientras tanto, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores iraní reconoció que las instalaciones han sido fuertemente dañadas, indicando que el país ha sufrido un golpe considerable.
Este enfoque concertado refleja no solo una posición militar, sino también una estrategia política clara por parte de Estados Unidos y sus aliados en la región, quien aseguraron que, a corto y largo plazo, esto representa un éxito en la contención del programa nuclear iraní.
Fuente: WhiteHouse.gov