Comunicado de Prensa – Lanzamiento de Nuevo EP HOY

Bruselas, 17 de julio – En una jornada marcada por intensas negociaciones y un amplio debate, el Parlamento Europeo ha dado un paso significativo hacia la consolidación de sus políticas climáticas. La sesión del miércoles culminó con la aprobación de una serie de medidas destinadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero en un 55% para el año 2030, en comparación con los niveles de 1990. Estas iniciativas reflejan el compromiso del bloque europeo con los objetivos del Acuerdo de París y buscan posicionar a la Unión Europea como líder global en la lucha contra el cambio climático.

Las nuevas regulaciones abarcan una amplia gama de sectores económicos, desde la industria y la energía hasta el transporte y la agricultura. Entre las disposiciones más destacadas se encuentra el incremento de los impuestos al carbono, que pasarán de los actuales 25 euros por tonelada emitida a 50 euros para el año 2026. Esta medida ha sido recibida con opiniones divididas: mientras que algunos eurodiputados la celebran como un avance necesario, otros advierten sobre el impacto que podría tener en la competitividad de la industria europea y en los precios al consumidor.

Además, se establecieron objetivos vinculantes para el incremento del uso de energías renovables. De acuerdo con el nuevo marco legal, al menos el 40% del consumo energético de la Unión Europea deberá provenir de fuentes renovables para finales de la década. Para facilitar esta transición, se destinarán fondos adicionales para la investigación y desarrollo de tecnologías limpias, así como para proyectos de infraestructura clave, como la ampliación de la red de cargadores de vehículos eléctricos y el fortalecimiento de las redes eléctricas inteligentes.

En el ámbito del transporte, se introdujeron nuevas normas de eficiencia que afectarán tanto a los vehículos privados como a los sistemas de transporte público. A partir de 2035, se prohibirá la venta de automóviles nuevos que utilicen combustibles fósiles, con el objetivo de fomentar la adopción de vehículos eléctricos e híbridos. Asimismo, se incentivará la expansión de sistemas de micromovilidad y el uso de bicicletas con una serie de subvenciones y proyectos de infraestructura urbana.

La agricultura, por su parte, no quedó fuera del debate. Se adoptaron medidas para promover prácticas agrícolas sostenibles y se establecieron incentivos para la captura de carbono en suelos agrícolas. Los agricultores recibirán apoyo para la implementación de técnicas como la rotación de cultivos y el uso de fertilizantes naturales, con el fin de reducir las emisiones de metano y óxidos de nitrógeno.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, calificó la aprobación de estas medidas como «un momento decisivo para el futuro de nuestro planeta». Destacó que «la acción climática no solo es una responsabilidad medioambiental, sino también una oportunidad económica para Europa. Liderar la transformación hacia una economía verde puede generar millones de empleos y garantizar una prosperidad sostenible».

Sin embargo, no todo fue consenso. Algunos grupos políticos expresaron su preocupación por los posibles efectos negativos de las nuevas políticas en las comunidades más vulnerables y en los sectores económicos más expuestos a la competencia internacional. Para abordar estas inquietudes, se prevé la creación de un fondo de ajuste para la transición, destinado a apoyar a las regiones y trabajadores más afectados por los cambios económicos.

El debate se extiende más allá de las fronteras de Europa, con observadores internacionales atentos a las repercusiones globales de estas decisiones. La Unión Europea, con estas acciones, refuerza su rol protagónico en la escena climática mundial y envía un mensaje contundente de urgencia y ambición en la lucha contra el cambio climático.

Nota de prensa UE

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