¿Cómo sobreviven los árboles a las heladas tardías de primavera?

Los árboles pueden sobrevivir a las heladas tardías de primavera gracias a diversas adaptaciones y estrategias de supervivencia. A continuación, se mencionan algunas de las formas en que los árboles hacen frente a estas condiciones adversas:

  1. Dormancia: Durante el invierno, los árboles entran en un estado de dormancia, en el cual reducen sus funciones metabólicas y se vuelven menos activos. A medida que las temperaturas comienzan a aumentar en primavera, los árboles despiertan lentamente de este estado. Si una helada tardía ocurre en la primavera, los árboles que aún no han salido completamente de la dormancia pueden ser más resistentes al frío.
  2. Brotes protegidos: Muchos árboles tienen brotes cubiertos por escamas protectoras que pueden ayudar a aislar las partes sensibles del árbol, como las flores y las hojas jóvenes, de las bajas temperaturas.
  3. Fenología: Algunos árboles han evolucionado para florecer y producir hojas más tarde en la primavera, evitando así las heladas tardías que podrían dañar sus flores y hojas jóvenes. Esta adaptación les permite reducir el riesgo de daños causados por las heladas.
  4. Supercooling: Algunos árboles pueden sobrevivir a temperaturas bajo cero al mantener el agua en sus células en un estado líquido, a pesar de estar a temperaturas de congelación. Esto se conoce como «supercooling» o sobreenfriamiento, y les permite evitar la formación de cristales de hielo en sus células, lo que podría causar daños irreparables.
  5. Resistencia al frío: A medida que los árboles experimentan heladas durante el invierno y principios de la primavera, pueden desarrollar una mayor resistencia al frío. Esta adaptación les permite tolerar mejor las bajas temperaturas cuando se producen heladas tardías.

A pesar de estas adaptaciones, las heladas tardías de primavera pueden causar daños significativos a los árboles, especialmente a aquellos que ya han comenzado a florecer o producir hojas. El daño puede variar desde la pérdida de flores y frutos hasta la muerte de ramas y, en casos extremos, la muerte del árbol completo. Sin embargo, muchos árboles pueden recuperarse de estos eventos y seguir creciendo una vez que las condiciones mejoren.

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