La noche del miércoles 3 de diciembre fue especial para los seguidores de La revuelta, ya que Pedro Ruiz, uno de los cómicos más emblemáticos de España, hizo su regreso triunfal a Televisión Española. El icónico humorista se sentó en el sofá del programa para hablar sobre su nuevo espectáculo teatral, titulado «Mi vida es una anécdota by confidencial», un divertido compendio de historias y vivencias que ha acumulado a lo largo de sus 78 años.
Ruiz, siempre fiel a su estilo irónico y punzante, inició su intervención dedicando un poema al presentador, David Broncano. Fue un gesto que marcó la pauta de lo que sería una conversación llena de humor y sorpresas. Sentado cómodamente, el cómico confesó su hábito de seguir los programas de la competencia, resaltando con burla su desinterés por «La isla de las tentaciones». «No me gustaría ir», comentó entre risas, justo el día después de que el reality superara a La 1 en el ránking de audiencias.
Durante la entrevista, Pedro, con su habitual picardía, sorprendió a Broncano con una pregunta inesperada relacionada con el título de su nuevo show: «¿Y tú, David, consideras que tu vida es más anécdota o una necesidad?». El presentador quedó momentáneamente descolocado, respondiendo que su vida es más bien una necesidad, explicando su búsqueda constante de anécdotas y experiencias que enriquezcan su vida.
La conversación se tornó aún más profunda cuando Ruiz lanzó otra inquietante pregunta: «¿Volverías a nacer?». Broncano, con una sinceridad que resonó en el ambiente, respondió que sí, enfatizando su agradecimiento por haber nacido en España en el año 1984 y en un entorno de clase media. La comparación entre su vida y la de una mujer en un remoto pueblo de Mongolia indudablemente provocó sonrisas y reflexiones entre el público.
El humor no cesó al final de la conversación, cuando Ruiz reveló el contenido de tres bolsas rosas que había traído consigo. «Cuando les regale esto, pedid que os regalen una parte», anticipó antes de repartir los misteriosos obsequios entre Broncano y sus compañeros, Ricardo Castella y Grison. La sorpresa llegó cuando el cómico mostró que había traído una caja de preservativos y Viagra, explicando con sarcasmo que era un regalo para que aprovecharan la vida. «Esto sin receta no lo puedes conseguir», afirmó Grison, ante el estallido de risas en el plató.
La visita de Pedro Ruiz a La revuelta no solo fue un homenaje a su trayectoria como humorista, sino también un recordatorio de que el humor puede abordar temas profundos con ligereza y sátira. A sus 78 años, sigue siendo un maestro de la comicidad, capaz de desactivar cualquier situación con su ingenio y, por supuesto, su inconfundible vitalidad.
