En una medida que ha captado la atención del público, la administración actual ha decidido eliminar regulaciones anteriores que definían en detalle qué se entiende por “ducha” y cómo deben funcionar los cabezales de ducha. Esta iniciativa, firmada por el presidente, se enmarca en un esfuerzo más amplio por desmantelar la burocracia que, según el gobierno, frena tanto la economía como la libertad personal de los ciudadanos.
El reciente decreto menciona que los intentos anteriores de regular las duchas, bajo las administraciones de Obama y Biden, resultaron en regulaciones extensivas compuestas por miles de palabras que definían de forma minuciosa qué se considera un cabezal de ducha. Se cuestiona así la necesidad de una definición tan elaborada para un objeto cotidiano, que podría ser descrito de manera sencilla en el diccionario.
El presidente ha dado instrucciones al Secretario de Energía para que publique en el Registro Federal un aviso que anule la regulación de 13,000 palabras que define “cabezal de ducha”. Esta acción se tomará sin necesidad de un período de comentarios públicos, indicando la voluntad del actual gobierno de actuar rápidamente en lo que consideran una simplificación necesaria.
El decreto también establece que esta orden no afectará las funciones del Director de la Oficina de Gestión y Presupuesto, manteniendo así la estructura de gobierno intacta, a pesar de los cambios en las regulaciones. Además, el texto aclara que esta medida no otorga derechos legales que puedan ser exigibles, ni interfiere con las obligaciones del gobierno en la ejecución de su presupuesto o en la administración de propuestas legislativas.
Este movimiento ha generado una ola de debate entre los defensores de la regulación y quienes abogan por la reducción del control gubernamental, reflejando los tensos debates políticos actuales en Estados Unidos. Los críticos advierten que desregular absolutamente un área como el uso eficiente del agua podría tener repercusiones ambientales, mientras que los partidarios del cambio sostienen que la libertad de elección y la economía deben prevalecer.
Con su firma en este decreto, el presidente ha reafirmado su compromiso de combatir lo que él describe como “sobre-regulación” y ha prometido un enfoque centrado en la simplificación y la oportunidad para que el mercado se ajuste por sí mismo. A medida que se avanza hacia la implementación de esta medida, quedará por ver cómo afectará a los consumidores y al medio ambiente en el largo plazo.
Fuente: WhiteHouse.gov