El Gobierno de Castilla-La Mancha ha expresado su posición sobre la crisis de la vivienda en España, defendiendo la necesidad de combinar la construcción de nuevos hogares con la limitación de precios del alquiler. Esta postura fue expuesta por el consejero de Fomento, Nacho Hernando, en respuesta a la manifestación que tuvo lugar el domingo en Madrid, donde miles de personas exigieron soluciones a este problema.
Hernando subrayó que «una parte muy sustancial del problema se resuelve si pudiéramos conseguir que en un corto espacio de tiempo pudiéramos construir muchas viviendas para ponerlas al servicio de la gente». Para ilustrar su argumento, comparó la situación de la vivienda con el desabastecimiento de mascarillas al inicio de la pandemia, señalando que cuando la oferta es escasa y la demanda elevada, los precios se disparan. Recordó que, en su momento, se trabajó para incrementar la producción de mascarillas y se intervinieron los precios, lo que podría ser un modelo a seguir en el sector inmobiliario.
El consejero enfatizó que es crucial llevar a cabo ambas estrategias simultáneamente, ya que únicamente limitar los precios no generará de inmediato una oferta de viviendas. En este sentido, manifestó su desacuerdo tanto con las posturas de Sumar como con las del Partido Popular, instando a ambos a dejar de lado las ideologías y a abordar la crisis de forma más profesional y rigurosa. Propuso la creación de un conjunto integral de medidas que combine la construcción con la regulación de precios.
Además, Hernando destacó que en Castilla-La Mancha se han planteado importantes ayudas económicas y simplificaciones en la tramitación para fomentar la oferta de vivienda. Mencionó también que la potestad de limitar el alquiler recae en los ayuntamientos, quienes deben presentar un informe de viabilidad al respecto. No obstante, hizo hincapié en la importancia de realizar un proceso de consulta ciudadana antes de implementar cualquier medida que afecte a la limitación de precios.
El consejero concluyó reconociendo que muchos jóvenes comparten una sensación de impotencia ante la actual crisis del mercado de la vivienda, enfatizando que esta situación requiere de un intervencionismo necesario por parte de las administraciones públicas. «Cuando el mercado no funciona bien, tenemos que entrar las instituciones a recordar que es el mercado el que está al servicio de la gente y no la gente al servicio del mercado», afirmó Hernando.