La viceconsejera de Servicios y Prestaciones Sociales de Castilla-La Mancha, Guadalupe Martín, ha anunciado el inicio de trabajos en breve para desarrollar una nueva norma que se alinee con la reciente Ley estatal de Cooperación para el Desarrollo. Esta normativa formará parte de la Estrategia de Cooperación Internacional para el Desarrollo 2024-2028, presentada por Martín, que tiene como objetivo consolidar el compromiso de la región con un desarrollo global sostenible, en consonancia con la Agenda 2030 y los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
Durante el acto, al que asistieron representantes de la Coordinadora de ONGD de Castilla-La Mancha, miembros del Consejo de Cooperación y otras entidades del sector, Martín subrayó que la estrategia proporcionará un marco común para optimizar las acciones de cooperación, adaptándose a nuevos desafíos y reforzando alianzas tanto locales como internacionales en los próximos cuatro años.
«La estrategia viene a marcar un nuevo camino, una nueva senda de colaboración y de solidaridad entre los ciudadanos de Castilla-La Mancha, que siempre han estado comprometidos con la cooperación internacional», destacó Martín. Además, enfatizó el deseo del Gobierno regional de alinearse con las estrategias de otras comunidades autónomas y la nueva tendencia de la cooperación española, que busca renovar el marco normativo en este ámbito en Castilla-La Mancha.
La viceconsejera recordó que el presidente García-Page se comprometió a actualizar la Ley 3/2003 de Cooperación Internacional, y que los trabajos para esto comenzarán pronto, con el objetivo de crear una nueva norma que se ajuste a las recientes disposiciones estatales.
Martín señaló que los principios rectores de la nueva estrategia abarcan la solidaridad, la igualdad de género, los derechos humanos, la sostenibilidad ambiental y la participación ciudadana. También se adoptarán enfoques transversales, incluyendo derechos humanos, ecologismo, feminismo y ciudadanía global, para guiar las intervenciones de cooperación.
La estrategia se propone tres objetivos clave. El primero es mejorar el impacto de la cooperación, priorizando intervenciones que aborden problemas como la pobreza y las desigualdades, todo bajo la óptica de los enfoques transversales mencionados. El segundo objetivo se centra en fortalecer una ciudadanía crítica, comprometida y solidaria, creando un entorno que fomente la implicación directa de la población en políticas de cooperación. Finalmente, el tercer objetivo es el fortalecimiento de las capacidades internas del sistema de cooperación, buscando garantizar su sostenibilidad y eficacia.
Estos objetivos estratégicos se consideran fundamentales para avanzar hacia una cooperación más organizada y efectiva, contribuyendo así al desarrollo global y al cumplimiento de los ODS.