En un esfuerzo por abordar la creciente amenaza que representan los carteles internacionales y otras organizaciones criminales, el presidente de los Estados Unidos ha emitido un nuevo decreto que les designa como Organizaciones Terroristas Extranjeras y Terroristas Globales Específicamente Designados. Esta medida legal, respaldada por la Constitución y diversas leyes de EE.UU., tiene como objetivo implementar una estrategia integral para erradicar la presencia de estas entidades en el país y mitigar sus efectos nocivos sobre la seguridad nacional.
A través de este decreto, se establece un marco que permite identificar a determinados carteles y organizaciones, que no solo han alterado la estabilidad política y social de varios países en el hemisferio occidental, sino que también han exacerbado la crisis de violencia y narcotráfico en Estados Unidos. Según el nuevo documento, estas organizaciones operan como sistemas complejos que amenazan no solo la seguridad interna, sino que también se conectan con actores extranjeros, desde grupos terroristas designados hasta gobiernos hostiles, facilitando un entorno caótico que desafía el orden internacional.
El decreto menciona que los carteles no solo controlan el tráfico ilegal entre México y Estados Unidos, sino que en muchas regiones de México, actúan como entidades cuasi-gubernamentales, dominando todas las facetas de la vida cotidiana. Este control se traduce en un elevado nivel de violencia, que incluye asesinatos y terrorismo, impactando no solo a sus víctimas directas, sino también a la sociedad en general y a la seguridad nacional estadounidense.
Organizaciones como Tren de Aragua (TdA) y La Mara Salvatrucha (MS-13) se presentan como otras facetas de esta problemática, contribuyendo con su propia oleada de violencia que se extiende tanto dentro de Estados Unidos como a nivel internacional. El alcance de estas amenazas ha llevado al presidente a declarar una emergencia nacional bajo la Ley de Poderes Económicos Internacionales de Emergencia, subrayando la urgencia de la situación.
Bajo las disposiciones del nuevo decreto, se ordena a diversos departamentos del gobierno, incluidos los de Estado, Justicia y Seguridad Nacional, a elaborar recomendaciones y preparativos operativos para designar oficialmente a estos grupos como terroristas, lo que permitirá activar medidas adicionales en su contra. Esto podría incluir la invocación de la Ley de Enemigos Extranjeros, una herramienta legal que permite un enfoque más agresivo hacia la eliminación de estas amenazas.
El presidente deja claro que la política de EE.UU. se centrará en garantizar la total eliminación de la influencia de estas organizaciones en el país, protegiendo así tanto a los ciudadanos como la integridad territorial del Estado. En un momento en que la violencia y el narcotráfico parecen estar en aumento, esta orden ejecutiva representa un cambio significativo en la estrategia estadounidense para enfrentar este tipo de criminalidad organizada que, según se indica, requiere no solo la colaboración interna, sino también un enfoque coordinado a nivel internacional para asegurar resultados efectivos.
Fuente: WhiteHouse.gov