Bienvenidos a Ciudad Real: un mural que abraza la historia y el alma de la ciudad
Cada día que pasa, las ciudades van dejando huellas en sus rincones más emblemáticos, y en Ciudad Real esa marca ha llegado para quedarse. Cuando los viajeros que llegan en tren atraviesan la puerta de la estación, son recibidos con una obra artística que transforma esa primera impresión en un mensaje lleno de orgullo y creatividad.
Se trata de un mural vibrante y cuidadosamente elaborado por cuatro talentosos artistas de la Asociación Cultural La Fábrika, quienes en las últimas dos semanas han dado forma a un impresionante ‘SkyLine’ de la ciudad. La obra no solo embellece el paisaje urbano, sino que también funciona como un espejo que refleja la identidad de Ciudad Real: su arquitectura, su historia y su alma.
El proyecto, impulsado con apoyo del Ayuntamiento y la concejalía de Servicios a la Ciudad, ha sido recibido con entusiasmo por todos los que lo han visto. El concejal Gregorio Oraá expresó su satisfacción: “Fue una propuesta que nos enamoró desde el inicio. Ver el boceto, y luego el mural terminado, nos llena de orgullo. Para nosotros, estos metros que reflejan la ciudad en esa pared significan mucho. Es una forma de dar la bienvenida y mostrar quiénes somos a quienes nos visitan”.
Este mural no solo es un homenaje a la estética urbana, sino también una declaración de compromiso con la promoción del arte local y la revitalización de espacios. Sergio Afonso, presidente de La Fábrika y creador de la iniciativa, comparte que la idea surge hace más de diez años con un propósito claro: mejorar la ciudad a través de la expresión artística. “Queríamos usar el arte urbano como medio de rehabilitación y embellecimiento, y qué mejor lugar que una pared deteriorada en un barrio humilde. La arquitectura que plasmamos en el mural es un tributo a la ciudad, y elegimos dos colores que además de ser representativos, ayudan a evitar el vandalismo”, comenta Afonso.
Este esfuerzo artístico es un ejemplo de cómo la colaboración entre la comunidad, los artistas y las instituciones puede transformar los espacios y fortalecer el orgullo local. El mural no solo da la bienvenida a visitantes, sino que también enriquece la memoria visual de los residentes, recordándoles la belleza y la historia que habitan en cada rincón de Ciudad Real.
Al contemplar esa obra, uno no puede evitar sentir que la ciudad respira y se muestra con toda su fuerza y carácter. Un mural que habla de identidad, de esfuerzo colectivo y del amor por un lugar que sigue escribiendo su historia con cada trazo y color. Porque, al final del día, las ciudades somos nosotros, y las huellas que dejamos en ellas, como esta obra, son las que perduran en el tiempo.

















