Ciudad Real se prepara para la apertura de una nueva residencia estudiantil en el próximo curso universitario, la cual tendrá una capacidad de 211 personas. Este nuevo espacio se erige como una solución para aliviar la presión sobre el mercado del alquiler en la capital provincial, tras las obras de rehabilitación en la antigua residencia universitaria ‘Francisco Nieva’. Este edificio había cerrado sus puertas en 2009 debido a problemas de accesibilidad.
El vicepresidente segundo de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, José Manuel Caballero, ha visitado las obras, que están siendo ejecutadas por la empresa ‘Residencia Gasset’ con una inversión de 1,7 millones de euros. Esta empresa será también la encargada de gestionar la futura residencia, que se espera esté lista para el curso académico 2025-2026.
La antigua residencia, que dejó de funcionar hace más de una década, se someterá a una rehabilitación integral para garantizar la accesibilidad universal. El nuevo diseño contempla la creación de 57 apartamentos, que variarán entre dos y cuatro dormitorios, ofreciendo en total 211 camas. Las reformas también abarcarán las zonas comunes, donde se renovarán cocinas y aseos, y se instalarán nuevos ascensores y escaleras para mejorar la accesibilidad.
Según el arquitecto a cargo del proyecto, Javier Ramírez de Arellano, esta intervención es crucial, no solo para actualizar el edificio, sino para subsanar los daños causados por actos vandálicos, los cuales han dejado habitaciones en condiciones muy deterioradas.
El modelo de gestión de la nueva residencia se basa en una concesión, donde la empresa inversora asumirá la rehabilitación y explotación del inmueble sin costo alguno para el presupuesto público.
Con la apertura de la nueva residencia, se incrementará la oferta de plazas universitarias en Ciudad Real en un 50%, elevando el total de 400 a más de 600. El vicepresidente segundo del Gobierno Regional ha señalado que esta ampliación no solo beneficiará a los estudiantes, sino que también contribuirá a liberar viviendas actualmente ocupadas por universitarios, facilitando el acceso a la vivienda para familias y jóvenes parejas. Además, el incremento de la oferta de alojamiento podría llevar a una moderación en los precios del alquiler en la ciudad.