En una velada que prometía romance y afinidad en el romántico escenario de «First Dates Hotel», un programa de Telecinco dedicado a alentar la chispa amorosa entre desconocidos, Enrique logró desvanecer toda esperanza de encontrar amor debido a una revelación inesperada. Durante la cena, en un intento de sinceridad, Enrique compartió su pasatiempo preferido, un detalle que terminó alejando a su potencial pareja, Belinda.
Desde su llegada al hotel, ambos participantes mostraron interés mutuo, esperanzados en encontrar a su pareja ideal. Sin embargo, la armonía inicial entre Enrique y Belinda se vio abruptamente interrumpida al surgir el tema de las aficiones personales. Enrique no vaciló en manifestar su pasión por el monte y, en especial, por la caza, una actividad que se convirtió en el punto de quiebre de la cita.
La reacción de Belinda no se hizo esperar. «¿Eres cazador? Eso es un inconveniente», expresó con visibles signos de desencanto. La perspectiva de entablar una relación con alguien con tal afición era, para Belinda, una idea impensable. «Yo veo un gatito en la calle y me agacho a tocarlo y soy muy sensible con los animales», confesó ante las cámaras, revelando una incompatibilidad fundamental con Enrique.
Lo que más sorprendió fue el peculiar detalle de que Enrique no solo se dedicaba a la caza, sino que también participaba en la clonación de animales, sumando otra capa de controversia a su perfil. Ante la defensa de Enrique, quien argumentaba que «los cazadores somos los más animalistas», Belinda contestó con incredulidad, cuestionando cómo es posible reconciliar la defensa de los animales con la práctica de la caza.
A pesar de los intentos de Enrique por justificar su hobby, argumentando que alguien tiene que hacerlo, el debate no encontró resolución. La intransigencia de Belinda ante la idea de relacionarse con un cazador, especialmente uno que participa en la clonación de especies para luego cazarlas, fue definitiva.
Al finalizar su estancia en «First Dates Hotel», y tras cumplir con todas las actividades programadas, la ceremonia de decisión final confirmó lo inevitable: Enrique y Belinda tomaron caminos separados, dejando en evidencia que, a veces, las aficiones personales pueden ser un obstáculo insuperable en la búsqueda del amor.
Este insólito encuentro, marcado por el conflicto entre el amor por la naturaleza y la práctica de la caza, queda como testimonio de las complejas dinámicas que pueden surgir en la búsqueda del compañero ideal, incluso en el supuestamente idílico escenario de «First Dates Hotel».