Al poner fin a una temporada que ha sido catalogada como histórica, el equipo muestra un renovado entusiasmo de cara al futuro. Con la intención de mantener la esencia que les ha llevado al éxito, la plantilla experimentará cambios mínimos, asegurando la continuidad del bloque principal. Las salidas de Cortés, Gallo, y Juan Rodríguez ‘Galle’ marcan el fin de una era para algunos, pero al mismo tiempo, se abre una ventana de oportunidad con la llegada de nuevos talentos como Humberto, Zequi, y Pedro Herreros, cuyas integraciones están pendientes de oficialización.
Este período de transición se ve con buenos ojos tanto por la directiva como por la afición, que confían plenamente en la visión y estrategia del equipo técnico para mantener el nivel competitivo y seguir aspirando a lo más alto en las competiciones venideras. La estrategia de conservar el núcleo del equipo se basa en la creencia de que la cohesión y la experiencia compartida son activos valiosos, capaces de brindar estabilidad y guiar a los recién llegados hacia el éxito.
Mientras tanto, el ambiente en el vestuario es uno de optimismo cauteloso. Los jugadores que permanecen están comprometidos con el proyecto y ansiosos por recibir a sus nuevos compañeros, confiando en que la sinergia dentro del equipo continuará creciendo. Estos cambios, aunque sutiles, son vistos como un paso esencial hacia adelante, con la mira puesta en superar los logros de la «temporada histórica» y escribir un nuevo capítulo repleto de éxitos y conquistas para el equipo.