En un desarrollo que ha escalado las tensiones en el Estrecho de Taiwán, el Ejército de China ha comenzado una serie de maniobras militares que han captado la atención mundial. Estos ejercicios, denominados ‘Espada Conjunta-2024B’, se han diseñado para simular acciones ofensivas como el bloqueo de puertos y ataques contra objetivos tanto marítimos como terrestres alrededor de Taiwán.
Las operaciones han sido descritas por el portavoz del Mando de Operaciones Oriental, Li Xi, como una demostración de las capacidades militares de China y una advertencia contra lo que se consideran «actos separatistas» en Taiwán. Según Li Xi, estos ejercicios involucran una combinación de fuerzas, con buques y aviones ejecutando maniobras desde varias direcciones para ensayar un bloqueo efectivo de la isla y asegurar la «superioridad integral» sobre el área.
La reacción en Taiwán no se ha hecho esperar. El Ministerio de Defensa de la isla ha condenado el inicio de los ejercicios militares, calificándolos de «irracionales» y «provocativos». Además, se ha procedido al despliegue de fuerzas en respuesta. En un mensaje firme, el presidente taiwanés, Lai Ching Te, junto con la portavoz de la Presidencia, Karen Kuo, ha reafirmado el compromiso de Taiwán de defender su sistema constitucional libre y democrático frente a las amenazas, subrayando la necesidad de paz y estabilidad en el estrecho de Taiwán y en la región indo-pacífica.
La comunidad internacional, encabezada por Estados Unidos, ha expresado su preocupación. El portavoz del Departamento de Estado estadounidense, Matthew Miller, ha calificado las acciones de China como «provocaciones militares injustificadas» y ha instado a Pekín a actuar con contención. Además, ha enfatizado el compromiso de Estados Unidos con la política de ‘una sola China’, aunque asegurando el apoyo a Taiwán dentro de los marcos existentes como la Ley de Relaciones con Taiwán.
Estas maniobras ocurren en un contexto histórico de tensiones entre China y Taiwán, que tienen su origen en el final de la guerra civil china en 1949. Desde entonces, las relaciones se han mantenido en un estado de permanente fricción, con episodios de escalada como el actual aumentando la inestabilidad regional.
Esta serie de eventos subraya la delicadeza del equilibrio de poder en el área del indo-pacífico y resalta la importancia crítica de vías diplomáticas robustas para evitar la escalada de tensiones. Con la comunidad internacional observando, el futuro inmediato de las relaciones entre China y Taiwán sigue siendo incierto pero crucial para la estabilidad regional y mundial.