China alcanza un nuevo hito: su sonda aterriza con éxito en la cara oculta de la Luna

La sonda china Chang’e 6 aterrizó exitosamente en la cara oculta de la Luna, marcando un hito en la exploración espacial al ser la primera en recoger muestras de esta región poco conocida. Su misión consiste en recolectar muestras lunares y regresar a la Tierra en menos de dos meses. Además, la sonda ha transportado tres cargas científicas europeas. Este logro se suma a los anteriores éxitos de China con las naves Chang’e 3 (en 2013), 4, 5 y ahora la 6, consolidando su posición en la exploración espacial.

La Administración Nacional del Espacio de China (CNSA) informó que la sonda, lanzada el pasado 3 de mayo, realizó la maniobra de aterrizaje con éxito a las 6:23 hora local (00:23 en la hora peninsular española) en la Cuenca Aitken-Polo Sur. Durante el descenso, se utilizó un sistema autónomo de evitación de obstáculos visuales, detectando automáticamente posibles peligros. Una cámara de luz visible seleccionó una zona de aterrizaje segura basándose en la claridad y oscuridad de la superficie lunar. Tras el aterrizaje, la sonda completará la recolección de muestras en un plazo de dos días, utilizando un taladro para obtener elementos del subsuelo y un brazo robótico para recoger especímenes de la superficie lunar.

La misión de la Chang’e 6, que durará aproximadamente 53 días, consta de cuatro componentes: un orbitador, un alunizador, un ascensor y un módulo de reentrada. El programa Chang’e, nombrado en honor a una diosa de la mitología china que vive en la Luna, comenzó con el lanzamiento de su primera sonda en 2007.

En los últimos años, Pekín ha invertido significativamente en su programa espacial, logrando hitos como el exitoso alunizaje de la Chang’e 4 en la cara oculta de la Luna en enero de 2019, un logro sin precedentes, y la construcción de su propia estación espacial. La Chang’e 5 ya había conseguido traer de vuelta muestras de rocas y hielo en 2020.

Este último logro no solo subraya el avance tecnológico de China en la exploración espacial, sino que también abre nuevas oportunidades para el estudio científico de la Luna, especialmente de su cara oculta, que hasta ahora ha sido menos explorada.

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