Alberto Chicote llegó a Gran Canaria el pasado 29 de noviembre con la energía habitual, listo para compartir su entusiasmo en el Atresplayer Day, un evento que estableció a la isla como el centro de atención del grupo Atresmedia. Este año, su conversación giró en torno a una de las citas más esperadas del calendario televisivo: las campanadas de fin de año, que, por décima vez, compartirá escenario con Cristina Pedroche. La novedad de esta emisión será su lanzamiento simultáneo en Antena 3, La Sexta y Atresplayer, algo sin precedentes que promete reunir a un público aún más amplio.
Chicote, siempre carismático, no ocultó su emoción al hablar de la primera promo de las campanadas, recién lanzada. «Me ha encantado», comentó, reflejando la ilusión que siente por revivir esa mágica noche del 31 de diciembre. Asegura que, a pesar de sus años de experiencia, la anticipación nunca disminuye. Mantiene un misterio que ha cautivado a la audiencia: continúa sin saber nada del vestido de Cristina Pedroche hasta el último momento de la retransmisión. Para él, es un ritual que añade un toque único a la experiencia, y con una sonrisa, declaró que este año será especialmente sorprendente.
La competencia se perfila intensa, con Andreu Buenafuente y Silvia Abril como presentadores en otro canal. Chicote, sin embargo, no ve esto como una amenaza, sino como un “alegrón” tener a profesionales de tal calibre en la misma noche. La rivalidad solo parece estimular más su deseo de ofrecer un espectáculo inolvidable.
Además de tocar el tema de su trabajo en televisión, reflexionó sobre la presión que acompaña a este evento emblemático y la importancia de la audiencia. Aunque reconoce la carga que conlleva medir el éxito en números, para Chicote, lo esencial es que la retransmisión quede bien. «¿Ha quedado bien? De cine», enfatiza, dejando claro que el valor de una actuación bien hecha trasciende audiencia.
Cuando se le cuestiona sobre la falta que le hace pasar la noche del 31 con su familia, responde con sinceridad. Al ser un cocinero, aceptar trabajar en fechas señaladas es parte de su vida, pero siempre regresa al restaurante al finalizar la transmisión, donde su familia y compañeros de trabajo esperan para celebrar juntos.
Con la mirada puesta en el futuro, entre las preguntas sobre su carrera y el nuevo formato de Top Chef que TVE planea lanzar, destaca su deseo de seguir creando y trabajando en nuevos proyectos. Su pasión por el oficio lo lleva a buscar siempre más, a mirar hacia atrás y ver la acumulación de experiencias como un signo de plenitud.
La noche de fin de año se convierte así en un punto de encuentro no solo para la audiencia, sino también para Chicote, quien ve en ella una oportunidad de conexión. «Es un momento muy mágico», afirma, recordando que es el único evento televisivo que realmente une a todos los españoles. Con esa convicción la noche de las campanadas se convierte en mucho más que una simple transmisión televisiva, es un ritual compartido que, temporada tras temporada, los reúne a todos frente a la pantalla.
