La expectación era máxima ante el espacio de músicas mestizas de Estival Cuenca y la velada no decepcionó. Con la incertidumbre siempre de un cielo encapotado que dejó caer alguna gota, músicos y organización fueron abriéndose paso a lo largo de la tarde-noche de este miércoles para sellar un espectáculo que ya queda en la memoria como una de las mejores noches de las doce ediciones del ciclo artístico y musical conquense.
El espacio comenzó fuerte con la llegada de los conquenses Pavana Dingo. Fiel a su filosofía de dar ese espacio necesario y como apoyo a los talentos de nuestra propia tierra, Estival Cuenca permite a grupos como este explotar todo su potencial compartiendo escenario con los mejores nombres del país y fuera de éste. La banda definida a sí misma como un “super organismo con componentes unidos para hacer bailar al, pero” hizo mucho más que eso. Con ritmos muy bailables yendo del pop hasta la cumbia, pasando por el folk y ska entre otros géneros, Pavana Dingo hizo vibrar al público asistente en forma de un vendaval de música con canciones como “Loco, loco”, “Tamales” o “Matador”. Dejando el panorama en todo lo alto para preceder al grupo principal de la noche.
Y es que lo experimentado en Estival Cuenca podría reducirse a una simple regla de causa-efecto. Las entradas para este Estival Mestizo tardaron muy poco en agotarse y con el Parador de Cuenca a rebosar, Chambao se subió al escenario Solán de Cabras para ofrecer un amplio repertorio que levantó a todos los asistentes de sus asientos. La Mari desató su torrente de voz por la Hoz del Huécar en un escenario piropeado por la malagueña en varias ocasiones y con un público totalmente entregado a la propuesta.
Un repertorio variado y que se movió desde un atronador comienzo, con temas muy conocidos de la banda malagueña como “Hijos de la música” o “Duende del sur”, para luego pasar al formato acústico, sentada sobre cajones y rodeada de sus músicos, La Mari interpretó con sumo cuidado otro buen puñado de temas, incluyendo adelantos de su siguiente disco, como “Te lo dije”.
La recta final dejó paso al éxtasis musical con las canciones más reconocidas de Chambao: “Pokito a poko”, “Papeles mojados”, además de una emotiva interpretación de “Déjame vivir” con la voz grabada de Pau Donés, a quien La Mari recordó “allá donde esté”, para concluir con el sencillo “Ahí estás tú”, con el que terminó de dejar su marca ya inolvidable en Estival Cuenca.
Una maravillosa actuación que asienta la fuerza de la música en directo en grandes espacios que ofrece el ciclo artístico y musical conquense para crecer con paso firme tras las doce ediciones que cuenta a sus espaldas. No obstante, y casi sin tiempo a digerir tan brutal directo, Estival Cuenca continúa para afrontar la recta final de su programación, con la llegada de Andrea Motis, Premio Manuel Margeliza 2023, al escenario Solán de Cabras del Parador este jueves.