El arzobispo de Valladolid, Luis Argüello, ha sido designado como nuevo presidente de la Conferencia Episcopal Española (CEE), durante la 124 Asamblea Plenaria que se celebró este martes 5 de marzo. Argüello toma el relevo del cardenal arzobispo de Barcelona, Juan José Omella, y asume la presidencia en un momento clave para la Iglesia en España.
La elección del nuevo presidente, que contó con 32 votos en el sondeo preliminar del lunes, vino precedida por la presentación de los candidatos que cumplen con los criterios establecidos por el Dicasterio de los Obispos. Tras la reciente normativa de 2022, los obispos mayores de 75 años, aquellos que deberían haber presentado ya su renuncia al Papa y que alcanzarán dicha edad durante el mandato, además de los obispos auxiliares, no son elegibles para el cargo de presidente ni vicepresidente. Esta reglamentación redujo el número de candidatos elegibles a 49.
El obispo auxiliar toledano César García Magán mantendrá su posición como secretario general, un cargo que no se renueva en esta ocasión. Los miembros de la Comisión Ejecutiva y los presidentes de las comisiones episcopales también serán seleccionados y, junto con el presidente y el vicepresidente, conformarán la Comisión Permanente.
Para esta elección, tenían derecho a voto 65 obispos diocesanos, 10 obispos auxiliares, el arzobispo castrense y dos administradores apostólicos. Sin embargo, la situación particular de la Diócesis de Gerona, donde aún no se ha consagrado a su nuevo obispo, y recientes cambios en la participación del cardenal arzobispo emérito de Madrid, Carlos Osoro, han influido en la dinámica de votación.
El proceso democrático en el seno de la CEE exige una mayoría absoluta de los votos de los presentes, pudiendo llegar a realizar hasta tres rondas de votaciones. En última instancia, si persiste un empate, se elige al prelado de mayor edad entre los candidatos.
Se prevé que el recién elegido presidente de la CEE, Luis Argüello, se reúna con el Papa Francisco en Roma y con autoridades civiles españolas, entre ellas el Rey Felipe VI y miembros del Gobierno, durante este semestre, en una tradición que busca fortalecer los lazos entre la Iglesia y el Estado.
