En un emotivo gesto de reverencia y reconocimiento, Ciudad Real celebra el centenario del nacimiento de uno de sus hijos más ilustres, Manuel López Villaseñor. La ciudad ha decidido honrar su legado con la inauguración de una nueva exposición titulada ‘Cien años de Manuel López-Villaseñor, 1924-2024’. La muestra, ubicada en el museo municipal que ostenta el nombre del pintor, fue lanzada este martes y estará abierta al público hasta el 3 de noviembre, según datos aportados por el Ayuntamiento ciudadrealeño.
La exposición consta de 48 obras cuidadosamente seleccionadas, que ofrecen a los visitantes un viaje por las diversas etapas de la prolija carrera de López-Villaseñor. El acto de inauguración contó con la presencia del alcalde de Ciudad Real, Francisco Cañizares, el concejal de Cultura, Pedro Lozano, así como Ricardo Chamorro, primer teniente de alcalde, y varios miembros actuales y pasados de la corporación municipal. Durante la apertura de la exposición, la comisaria Sonia González realizó una descripción detallada de las obras expuestas.
El alcalde Cañizares enfatizó la importancia de valorar a López-Villaseñor en el año de su centenario y mencionó que este homenaje es solamente el principio de un esfuerzo mayor por difundir la obra y el talento del artista, cuyo generoso legado a la ciudad merece ser correspondido. Cañizares remarcó la relevancia de López-Villaseñor como una figura destacada del arte del siglo XX.
Por su parte, el concejal de Cultura, Pedro Lozano, resaltó el privilegio de la ciudad de poder contar con un acervo superior a 500 obras de López-Villaseñor. La mayor parte de las piezas, con la excepción de una, pertenecen a la colección municipal.
Los visitantes pueden contemplar las diversas fases de la trayectoria del artista, comenzando con sus años de formación y exploración artística, pasando por las temáticas más íntimas y profundas de su trabajo, hasta llegar a su última etapa conocida como ‘Retratos de cosas’. Esta fase incluye obras centradas en la representación de objetos sencillos y cotidianos que estuvieron presentes durante toda la vida de López-Villaseñor, ofreciendo así una mirada íntima a la expresión de su mundo visual.
La muestra se encuentra repartida en tres salas del museo, garantizando un espacio adecuado para que los espectadores puedan apreciar la evolución de un artista cuya influencia se extiende mucho más allá de las fronteras de su Ciudad Real natal.