El 18 de septiembre marca un hito significativo en la historia de la defensa estadounidense: el 78.º cumpleaños de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos. Desde su creación en 1947, sus hombres y mujeres han demostrado ser los guardianes intrépidos de los cielos, trabajando incansablemente para mantener el orden y la paz en un mundo que a menudo parece sumido en el caos. Hoy celebramos no solo su legado, sino el compromiso inquebrantable de miles de Airmen que viven según el antiguo lema: “Apunta alto… Vuela, lucha y gana”.
A lo largo de las décadas, la Fuerza Aérea ha construido un patrimonio de dominio aéreo, capacidad técnica y tácticas que la posicionan como una de las fuerzas más poderosas en la historia. Desde operaciones de combate y respuesta ante desastres naturales hasta la defensa nuclear y la protección del territorio nacional, los guerreros de la Fuerza Aérea trabajan cada día alrededor del mundo para garantizar que Estados Unidos permanezca seguro, fuerte y libre.
La celebración de este aniversario cobra un significado especial con la reciente misión conocida como Operación Midnight Hammer, en la que los pilotos y miembros de la tripulación de la Fuerza Aérea llevaron a cabo un ataque exitoso contra las capacidades nucleares de Irán. Este evento no solo demostró la potencia de fuego y la precisión de la Fuerza Aérea, sino que también subrayó la dedicación y la excepcional labor en equipo que define a esta rama militar. La operación fue un claro recordatorio de que la Fuerza Aérea está preparada para enfrentar cualquier desafío y cumplir con su misión, demostrando que la seguridad de la nación está en manos competentes y valientes.
Mientras conmemoramos estos 78 años, también es crucial reconocer a las familias de los miembros del servicio que comparten las bendiciones y sacrificios del servicio militar. En momentos de orgullo y desafío, son estas familias las que brindan apoyo y amor incondicional, permitiendo que los Airmen se concentren en su trabajo de proteger la patria.
Al unirme a Melania en celebrar a estos patriotas americanos, se hace evidente que el verdadero valor no solo radica en el poder aéreo, sino en la integridad, la lealtad y el sacrificio de quienes vuelan sus aeronaves y de aquellos que los respaldan en sus misiones. Cada año se avanza, al mismo tiempo que se honra el pasado; juntos, mantienen viva la llama de la libertad sobre nuestros cielos.
Fuente: WhiteHouse.gov