El próximo 29 de abril de 2025, Estados Unidos se apresta a conmemorar el 418 aniversario de la primera llegada de los colonos a las costas de Virginia y el levantamiento de la cruz de Cape Henry. Este evento, emblemático para la historia del país, marca el inicio de la colonización inglesa en América, cuando un grupo de más de 100 hombres emprendió un desafiante viaje de 144 días desde Inglaterra en busca de nuevas oportunidades.
Bajo el mandato del rey James I y auspiciados por la Virginia Company de Londres, los colonos zarparon en tres embarcaciones: la Susan Constant, la Godspeed y la Discovery. A su llegada a la desembocadura de la Bahía de Chesapeake, estos pioneros se enfrentaron no solo a la inmensidad del océano, sino también a la incertidumbre de lo que les aguardaba en estas nuevas tierras. Fue en su primer día en el continente donde levantaron una imponente cruz de madera en la cima de Cape Henry, un acto simbólico de agradecimiento a Dios por su segura travesía y un pacto de dedicación a lo divino.
La cruz se erigió como un emblema del compromiso de los colonos de obedecer a Dios y buscar Su bendición, marcado por las palabras de uno de los primeros habitantes que expresó el anhelo de «plantar una nación donde ninguna antes había estado». A medida que se adentraban en el territorio, los colonos fundaron Jamestown, el primer asentamiento inglés permanente en América. Sin embargo, la travesía no se detuvo en la llegada; enfrentaron años de sequías, hambrunas y enfermedades devastadoras, que redujeron drásticamente el número de sobrevivientes en sus primeras etapas.
A pesar de estos desafíos, Jamestown se consolidó como un símbolo de la tenacidad americana, inmortalizando el espíritu de valor y determinación que caracterizó a estos pioneros. En la actualidad, un majestuoso monumento de granito en las costas de Cape Henry rinde homenaje a su fe y tesón, recordando a las generaciones actuales la importancia de sus sacrificios y su legado.
En su proclamación, el presidente Donald J. Trump llama a la nación a renovar su compromiso de ser «una nación bajo Dios», subrayando la relevancia de la historia y la herencia en la construcción del futuro estadounidense. Este homenaje, que resonará a lo largo y ancho del país, no solo honra el espíritu original de aquellos primeros colonos, sino que también invita a la reflexión sobre la dirección que aún está por definir en el viaje colectivo de la nación.
Así, con cada aniversario, Estados Unidos no solo recuerda el comienzo de su historia, sino que también reafirma su propósito de mantener vivo el legado de valentía y fe que ha guiado su camino a lo largo de más de cuatro siglos.
Fuente: WhiteHouse.gov
