CCOO-FSC replica a Page y pone en valor el papel de los ayuntamientos y de sus trabajadores frente a la pandemia

Una vez más el presidente de nuestra comunidad autónoma, Emiliano García Page, vuelve a liarla parda con sus declaraciones. Hace una semana el presidente García Page declaró en el Programa Liarla Pardo de la Sexta que “no comparemos los ayuntamientos con las autonomías ni con el Gobierno de España, quien ha tenido el golpe sanitario son las comunidades autónomas. Los ayuntamientos, en general, van a salir todos estupendos, por la puerta grande, porque realmente se trata de cerrar parques y de limpiar las calles, más allá de tener mejor o peor atención. Pero donde está el fuerte del problema está en la atención sanitaria».

Ante este despropósito, la Federación de Servicios a la Ciudadanía de Comisiones Obreras en Castilla-La Mancha no puede permanecer impasible y nos vemos en la obligación de defender y de poner en valor todo el trabajo que se ha desarrollado desde los ayuntamientos de toda España, y en particular en los de Castilla-La Mancha, con recursos económicos propios y el gran esfuerzo desarrollado por el capital humano al servicio de las entidades locales. Todo ello sin quitarle ni un ápice de mérito al resto de Administraciones Públicas ni a su personal, en especial al del sistema de salud y sociosanitario.

Los ayuntamientos y resto de entidades locales durante la pandemia han tenido que arreglárselas solas, al igual que los poblados íberos en la época de Viriato.

Castilla-La Mancha consta de 919 municipios, repartidos por las cinco provincias, lo que supone el 11,3 % de todos los municipios de España. De ellos, 515 tienen menos de 500 habitantes; 220, entre 501 y 2.000 habitantes; 146, entre 2.001 y 10.000 habitantes; y solo 38 poblaciones tienen más de 10.000 habitantes.

Nunca antes ha cobrado más sentido la autonomía de la Administración Local. Pero que hayan tenido que estar los ayuntamientos organizándose solos y sin apenas ayuda exterior no significa que hayan pasado y vayan a salir de forma estupenda de la pandemia. Esa visión frívola de la situación que les espera a los ayuntamientos no ayuda en nada ante lo que se les viene encima. Los ayuntamientos cierran los parques y no barren las calles en los días de mucho viento, pero lo que ha sucedido y lo que está por llegar es mucho más grave.

Durante el confinamiento, el personal municipal de servicios sociales ha estado desbordado para impedir el colapso de los mismos, han realizado jornadas de trabajo maratonianas más allá de su deber, arriesgando en ocasiones su salud y aportando medios personales para realizar el trabajo, porque las personas más vulnerables, entre otras cosas, necesitan comer todos los días y tener un techo donde cobijarse.

Los trabajadores y trabajadoras de los servicios de cementerios municipales tampoco han salido por la puerta grande durante la pandemia. Ni el personal de ayuda a domicilio; ni el de residencias de mayores gestionadas por ayuntamientos y diputaciones puede decirse que hayan atravesado una etapa estupenda.

Han sido también varios los contagiados por covid-19 en estos meses, entre ellos, personal de las policías locales, servicios contraincendios, personal de limpieza, personal de administración e información, personal dedicado a la apertura de comedores escolares, así como todo el personal que realiza tareas de mantenimiento para el correcto funcionamiento de los servicios esenciales municipales: agua, alumbrado público, saneamiento, mercados y lonjas, etc.

Una labor abnegada, por supuesto; y que no merece en ningún caso ser obviada. Y entre todas estas personas también hay algunas fallecidas por haberse contagiado por covid ejerciendo su trabajo.

El personal de las entidades locales, los vecinos y las propias corporaciones, en estos momentos tan complicados, han estado y están al servicio de la ciudadanía y cuando se les ha requerido su actuación han respondido con eficacia y responsabilidad, muchas veces sin medios. Los ayuntamientos han prestado servicios que ni siquiera son competencia suya, ante la falta de ayuda del resto de administraciones, echando mano incluso de vecinos voluntarios para ayudar en lo que fuera preciso, creando cuando ha sido necesario bancos de alimentos municipales para la población más vulnerable.

Sin querer quitarles ningún protagonismo ni importancia, España, es algo más que un conglomerado de comunidades autónomas, es un conjunto de municipios y provincias que prestan servicios cercanos a la ciudadanía. La Administración Local es la más próxima a la ciudadanía, la que recibe de primera mano sus demandas y sus necesidades, en concreto en Castilla-La Mancha son más de dos millones de personas quienes reciben estos servicios.

Desde la Federación de Servicios a la Ciudadanía de Comisiones Obreras en Castilla-La Mancha, pedimos a la Junta de Comunidades y al Gobierno Central ayuda para las Entidades Locales con el fin de impedir el colapso de sus servicios y para que nadie se quede atrás.

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