En una reciente comparecencia ante los medios de comunicación, el secretario regional de Comisiones Obreras (CCOO), Paco de la Rosa, ha expresado un firme respaldo a la postura del Gobierno regional en relación con la gestión de los recursos hídricos. Durante una rueda de prensa convocada para abordar los detalles de las manifestaciones del 1º de mayo, De la Rosa ha destacado la «perfecta sintonía» entre las acciones que está ejecutando el Gobierno autonómico y la visión del sindicato respecto a la urgente necesidad de replantear el manejo del agua.
A raíz de un llamamiento por parte del presidente regional, Emiliano García-Page, para que instituciones, agentes sociales y partidos políticos locales participen activamente en el diálogo destinado a modificar las políticas de trasvase actuales, De la Rosa ha subrayado la importancia de concebir y adoptar nuevos conceptos de uso del vital líquido. «Es más que evidente que para esta tierra es imprescindible que haya un nuevo concepto del uso del agua», ha declarado, enfatizando la necesidad de acabar con lo que calificó de «abuso o el expolio» de los recursos hídricos de Castilla-La Mancha.
Haciendo énfasis en la necesidad de una alternativa sustentable, el secretario de CCOO ha apoyado la propuesta de emplear desaladoras para reducir la presión sobre los ríos de la región, evitando así que se conviertan en meros conductos de agua en algunos territorios. Según De la Rosa, esta alineación de posturas con el ejecutivo regional se debe al desafío del cambio climático, el cual demanda un enfoque nacional mucho más amplio y no restringido únicamente al trasvase Tajo-Segura.
Finalmente, ha remarcado que la optimización de los recursos hídricos debe realizarse pensando en el bienestar general de la población y no en los beneficios económicos de una comunidad autónoma específica o en los intereses de sectores puntuales como la agricultura o la producción energética. «Cuando hablemos de agua de aquí en adelante tenemos que hablar de personas y no de recursos económicos», ha concluido el representante sindical, poniendo en relieve la dimensión humana que debería primar en la gestión del agua.