El martes, dos cazas MiG-29 de la Fuerza Aérea polaca realizaron la interceptación de un avión de reconocimiento ruso que sobrevolaba el mar Báltico, según informó este miércoles el ejército polaco. La misión, llevada a cabo en espacio aéreo internacional, implicó la identificación visual del aeronave, que estaba llevando a cabo actividades de reconocimiento sin un plan de vuelo establecido y con el transpondedor apagado.
La aeronave interceptada fue un Il-20 de la Federación Rusa, que no presentó ninguna violación al espacio aéreo polaco durante la operación, un detalle que subrayó la Fuerza Aérea para enfatizar que la situación no degeneró en un incidente más grave. Este tipo de interceptaciones, aunque comunes en la región, ilustran las tensiones persistentes en el ámbito militar y la vigilancia de los países vecinos sobre las actividades rusas.
La acción destaca la preparación y la capacidad de respuesta de las fuerzas aéreas en el Balcánico, una región donde el control aéreo y la seguridad son de crucial importancia. La continua vigilancia sobre los movimientos de aviones no identificados refleja un compromiso con la defensa y la estabilidad en un entorno geopolítico delicado.
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