La Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC) ha lanzado una alerta sobre la próxima primavera en Castilla-La Mancha, especialmente para aquellos que sufren de alergias al polen de gramíneas. Según las estimaciones de la SEAIC, se espera que la concentración de polen de gramíneas alcance entre 5.000 y 6.000 granos por metro cúbico en la provincia de Ciudad Real y Toledo, un nivel que no se ha visto desde 2003. Toledo, por su parte, se prevé que supere notablemente estos registros, como ha sido habitual en los últimos años.
La última vez que Ciudad Real experimentó una primavera con más de 5.000 granos/m3 de gramíneas fue hace 20 años, en 2003, cuando se registró un acumulado de 5.942 granos. Desde entonces, solo en 2004 se superaron los 4.000 granos/m3, y en otros ocho años se superaron los 3.000, siendo 2021 el último año en alcanzar los 3.702 granos por metro cúbico.
En contraste, las primaveras de 2022 y 2023 han sido relativamente leves para los alérgicos en Ciudad Real, con pocos días en los que la concentración de polen alcanzara niveles suficientes para activar los síntomas (más de 35 granos por metro cúbico). Solo en cuatro ocasiones se superó este umbral, con un pico notable el 9 de abril de 2023, cuando se alcanzaron 88 granos por metro cúbico.
Se estima que entre el 7% y el 8% de la población de Ciudad Real, es decir, entre 35.000 y 40.000 personas, padece alergia al polen, siendo las gramíneas, el olivo y el falso platano los pólenes más comunes.
La meteorología jugará un papel crucial en determinar si estas previsiones se cumplen. La lluvia en abril favorece el crecimiento de más plantas capaces de generar polen en mayo. Asimismo, un tiempo seco y soleado en mayo aumentará el riesgo de altas concentraciones de polen. Por el contrario, la lluvia y la humedad en mayo limpian la atmósfera de polen, lo que reduce los síntomas de los pacientes y evita la inflamación bronquial que suele afectar a los alérgicos.
El primer trimestre del año ha mostrado un comportamiento atípico en la polinización de las plantas cupresáceas, típicas de esta época. Las inusualmente altas temperaturas desde finales de enero han provocado un adelanto en los picos de polinización. El Comité de Aerobiología Clínica de la SEAIC ha utilizado datos de temperatura, precipitaciones y humedad de la Agencia Estatal de Meteorología, junto con datos históricos de pólenes de gramíneas de las estaciones de la Red de Captadores de la SEAIC, y con el asesoramiento del Área de Estadística e Investigación Operativa de la Universidad de Castilla-La Mancha, para determinar la intensidad de la primavera en las diferentes zonas geográficas. En resumen, se prevé que, debido a las altas temperaturas registradas a principios de año y las abundantes precipitaciones de febrero, el polen permanezca más tiempo en el ambiente, lo que puede provocar que los síntomas de la alergia sean más persistentes.
Los alergólogos continúan recomendando el uso de mascarillas, especialmente las FFP2, como medida preventiva altamente eficaz, tal como se demostró durante la pandemia. El año pasado, a pesar de ser uno de los niveles más altos de polinización desde 2009, las personas que usaron mascarilla presentaron síntomas leves y en ningún momento síntomas bronquiales o asma gracias al efecto protector de la mascarilla.
El cambio climático y la contaminación también están teniendo un impacto significativo en las enfermedades alérgicas. Enero de este año ha sido el más cálido desde que hay registros, con una temperatura media en la España peninsular de 8,5ºC, unos 2,3ºC por encima de la media histórica. El aumento de las temperaturas y la falta de precipitaciones están afectando el momento, la dispersión, la cantidad y la calidad de los alérgenos, así como la distribución y la gravedad de las enfermedades alérgicas. Como resultado, se observa un aumento en la incidencia de enfermedades respiratorias como el asma, la rinitis alérgica y la conjuntivitis.
La contaminación también está teniendo un impacto notable, al aumentar la sensibilidad a los alérgenos y agravar los síntomas de los pacientes alérgicos. Las partículas contaminantes pueden irritar la mucosa nasal, la piel y la conjuntiva ocular, facilitando la penetración de los alérgenos.
Ante este escenario, los alergólogos desempeñan un papel fundamental en el diagnóstico y tratamiento de las enfermedades alérgicas. Con el aumento imparable de la prevalencia y la creciente complejidad de los casos, se hace necesario incrementar la dotación de alergólogos en el sistema sanitario y promover la formación en esta especialidad.
En los últimos años, se ha observado un cambio en el patrón del paciente alérgico hacia una mayor complejidad de los casos clínicos debido a la polisensibilización, es decir, la sensibilidad a distintos alérgenos. La medicina de precisión en Alergología ha cobrado una mayor importancia, permitiendo una mejor fenotipificación de los pacientes y promoviendo tratamientos personalizados. Gracias a la innovación y a los diagnósticos moleculares, los alergólogos pueden identificar el alérgeno principal causante del problema y administrar un tratamiento con una vacuna personalizada para cada paciente.
En conclusión, Castilla-La Mancha se enfrenta a una primavera excepcionalmente desafiante para los alérgicos al polen, especialmente en la provincia de Ciudad Real. Las previsiones de la SEAIC, basadas en datos históricos y condiciones meteorológicas, apuntan a una de las concentraciones de polen de gramíneas más altas en las últimas dos décadas. Los alergólogos recomiendan el uso de mascarillas FFP2 como medida preventiva eficaz y destacan la importancia de su papel en el diagnóstico y tratamiento de estas enfermedades cada vez más complejas. El cambio climático y la contaminación están agravando la situación, lo que hace aún más necesario el fortalecimiento de la especialidad de Alergología en el sistema sanitario y la promoción de tratamientos personalizados basados en la medicina de precisión.