A pesar de observarse una consolidación en los hábitos de lectura en España, un estudio revela que un 35,9% de la población admite no leer nunca o casi nunca. El Barómetro de Hábitos de Lectura 2023, realizado por la Federación del Gremio de Editores de España (FGEE), muestra que este porcentaje de «tozudos» no lectores representa un obstáculo en la misión de fomentar la lectura entre los españoles.
En la distribución geográfica de los hábitos de lectura se nota una disparidad notable. Castilla-La Mancha se presenta como la comunidad autónoma con menor porcentaje de lectores, alcanzando solo el 58,9% y situándose 5,2 puntos por debajo de la media nacional del 64,1%.
El presidente de la FGEE, Daniel Fernández, ha destacado como una «buena noticia» que los índices de lectura hayan mejorado y más personas se consideren lectoras. Sin embargo, también apuntó a un sector significativo de la población que se resiste a abrir un libro y que, según él, probablemente tampoco asista a bibliotecas, museos o galerías de arte.
Óscar Chicharro, a cargo de la elaboración de este estudio, señaló la falta de tiempo y la preferencia por otras actividades como las principales razones dadas por las personas no lectoras. Además, Chicharro vinculó el aumento del tiempo frente a pantallas, ya sea viendo televisión o utilizando servicios de streaming, como una causa del desinterés por la lectura.
El estudio también refleja que, aunque desde 2012 el porcentaje de lectores en tiempo libre ha aumentado en cinco puntos porcentuales, se ha notado una ligera disminución en el último año. El número de lectores habituales parece haberse consolidado después del crecimiento exponencial experimentado durante la pandemia.
Ernest Urtasun, ministro de Cultura de España, ha defendido la lectura como un «ecosistema» que necesita protección. Habló acerca de varias iniciativas para promover la lectura en el país, incluyendo una partida económica destinada a entidades locales y la ejecución del Plan de Fomento de Lectura. Además, resaltó el Estatuto del Artista como una estrategia para salvaguardar los derechos laborales de los profesionales del sector cultural.
El barómetro también señala que, desde 2012, hay un incremento de lectores frecuentes, que leen al menos una vez por semana, y apunta a las diferencias existentes en cuanto a género y edad. Las mujeres superan en porcentaje de lectura a los hombres, especialmente entre los 25 y 34 años.
El informe subraya, asimismo, que la lectura entre los más jóvenes es muy común, con altos porcentajes de niños que leen en su tiempo libre. Por otro lado, la lectura digital se mantiene estable, aunque el uso de audiolibros ha experimentado un marcado aumento.
Finalmente, la compra de libros no académicos mantiene su tendencia, con las librerías tradicionales y las compras por Internet como los principales canales de adquisición de material de lectura.
