Castilla-La Mancha ha experimentado un aumento en el número de abortos en 2023, registrando un total de 3.678 interrupciones voluntarias de embarazo. Esto se traduce en una tasa de 9,94 abortos por cada 1.000 mujeres en edad fértil, una cifra que ha crecido respecto a 2022, cuando la tasa era de 9,21. Estos datos provienen del Registro Estatal de Interrupciones Voluntarias del Embarazo, que fue publicado recientemente por el Ministerio de Sanidad.
De los 3.678 abortos reportados en la comunidad, se distribuyeron de la siguiente manera por provincias: 664 en Albacete, 771 en Ciudad Real, 306 en Cuenca, 554 en Guadalajara y 1.283 en Toledo. En cuanto a la edad de las mujeres que realizaron estos procedimientos, se identificaron 14 abortos en menores de quince años, 379 en mujeres de 15 a 19 años, 806 entre 20 y 24 años, 718 de 25 a 29 años, 711 entre 30 y 34 años, 628 de 35 a 39 años, 297 de 40 a 44 años y 25 en mujeres mayores de 44 años.
Un análisis más detallado revela que 1.601 de estas mujeres no tenían hijos, 854 tenían uno, 776 dos, 237 tres, 63 cuatro y 47 cinco o más. Además, 2.291 no habían tenido ningún aborto previo, mientras que 838 habían tenido uno, 285 dos, 86 tres, 38 cuatro, y 40 cinco o más.
La gran mayoría de los abortos (2.554) se realizaron en las primeras ocho semanas de gestación, mientras que 850 se llevó a cabo entre las semanas 9 y 14, 167 entre las semanas 15 y 22, y siete más a partir de la semana 23. En términos de motivos, 3.354 de los abortos fueron a petición de la mujer, 120 por grave riesgo para la salud de la embarazada, 97 debido a riesgos de anomalías en el feto, y siete por anomalías fetales incompatibles con la vida.
A nivel nacional, España también ha visto un aumento en el número de interrupciones voluntarias del embarazo, con un total de 103.097 registrados en 2023, lo que refleja un incremento del 4,8% en comparación con 2022. La tasa nacional alcanzó 12,22 interrupciones por cada 1.000 mujeres entre 15 y 44 años, superando las cifras de años anteriores.
El Ministerio de Sanidad ha señalado la importancia de continuar trabajando en la educación sexual y reproductiva, así como en el acceso a métodos anticonceptivos, como parte de un esfuerzo para reducir el número de embarazos no deseados.