El Consejo de Ministros ha dado luz verde este martes a la distribución de 1.804.737 euros a Castilla-La Mancha, en virtud de un acuerdo propuesto por el Ministerio de Sanidad, con el objetivo de fomentar políticas de cohesión sanitaria y capacitación continua en el uso racional de medicamentos. Esta inversión se complementa con una asignación de 41.871 euros destinada al Plan Nacional de Donación de Médula Ósea y al Plan Nacional de Sangre de Cordón Umbilical (SCU), así como otros 5.699 euros para un programa marco centrado en la calidad y seguridad en la obtención y trasplante de órganos humanos.
Los fondos aprobados provienen de las contribuciones farmacéuticas basadas en el volumen de ventas, que se aplican a los laboratorios farmacéuticos sobre los medicamentos financiados con recursos públicos. En total, el Consejo de Ministros ha aprobado el reparto de 44.194.497 euros para todas las comunidades autónomas y las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla, a través del Instituto Nacional de Gestión Sanitaria (INGESA).
De esta suma, la mayor parte, 41.553.067 euros, se asignará a las comunidades autónomas, utilizando un criterio que incluye una cantidad fija para cada una de ellas, además de una distribución proporcional basada en el censo del INE de 2023. Adicionalmente, se ha aprobado una segunda partida de 2.141.430 euros para el Plan Nacional de donación de médula ósea y el Plan Nacional de Sangre de Cordón Umbilical, que se destinará a actividades de información para donantes, promoción de donación, tipaje de donantes y acreditación de centros.
A las comunidades y al INGESA se les transferirán igualmente 200.000 euros para el desarrollo del Programa Marco de Calidad y Seguridad para la obtención y trasplante de órganos en todas las regiones. En el caso de Ceuta y Melilla, se asignarán 300.000 euros a través del INGESA para cubrir diversos gastos relacionados con las políticas de cohesión sanitaria y la formación en el uso racional de medicamentos.
Estos fondos están destinados a financiar una variedad de programas de salud pública, que buscan no solo mejorar la cohesión sanitaria, sino también optimizar el uso de medicamentos. Entre los programas que se podrán desarrollar están la formación continua para profesionales de la salud en el uso racional de medicamentos, la resistencia a los antibióticos y la evaluación de tecnologías sanitarias, así como iniciativas para elevar la calidad y seguridad en la atención a pacientes con patologías complejas.
Asimismo, se prevé financiar programas de deprescripción de medicamentos innecesarios, promoción de la salud, prevención de enfermedades, y se impulsará la implementación de la receta electrónica y sistemas de información para la prescripción. El uso de los fondos también incluirá programas de farmacovigilancia y estrategias para garantizar el acceso a tratamientos de alto impacto sanitario, junto con el apoyo al Plan Nacional de donación de médula ósea y al Plan Nacional de Sangre de Cordón Umbilical.
