Toledo, 2 de diciembre de 2025.- Castilla-La Mancha se posiciona a la vanguardia de las políticas educativas y culturales en el ámbito europeo al asumir la coordinación del Consejo de la Unión Europea en estas áreas. La responsabilidad recae en las viceconsejeras de Cultura y Deportes, Carmen Teresa Olmedo, y de Educación, Universidades e Investigación, Mar Torrecilla, quienes han mantenido recientemente una reunión telemática para establecer las claves y objetivos de esta importante presidencia.
Este hito es el resultado de un proceso gradual que comenzó en 1994, cuando se adoptó un acuerdo histórico que permitió a las comunidades autónomas participar en la formación de la voluntad estatal frente a las instituciones europeas. Hasta ese momento, su intervención se limitaba a la ejecución del Derecho comunitario. Con el acuerdo adoptado el 9 de diciembre de 2004, se abrió la puerta a la participación de las comunidades autónomas en importantes áreas del Consejo de la Unión Europea, incluyendo los Consejos de Ministros de Educación, Cultura y Juventud.
Durante la reunión, la viceconsejera de Educación destacó que en los próximos meses se revisarán temas cruciales como la regulación del nuevo programa Erasmus Plus. Además, se abordará la revisión del marco estratégico para la cooperación europea en materia de educación y formación, así como la elaboración de un histórico documento no legislativo sobre el papel del profesorado en la era de la inteligencia artificial.
Por su parte, la viceconsejera de Cultura y Deportes subrayó la importancia de continuar con la revisión del programa AGORA UE y la implementación de iniciativas que fomenten la conciencia en valores europeos, como el proyecto Escudo para la Conciencia Europea. También se abordará el tráfico ilícito de bienes culturales, un problema que requiere atención y colaboración a nivel europeo.
Con esta nueva etapa, Castilla-La Mancha demuestra su compromiso con la educación, la cultura y la defensa de un espacio europeo más integrado y consciente de los desafíos que plantea la modernidad, al tiempo que se refuerza el papel de las comunidades autónomas en la construcción de políticas que atañen a su propio desarrollo y riqueza cultural. La comunidad autónoma se encuentra así en una posición clave para influir y contribuir a los debates que determinarán el rumbo de la educación y la cultura en Europa en los próximos años.
