Castilla-La Mancha ha iniciado el programa ‘Hábitos saludables al aire libre’ para personas usuarias de los centros de mayores en el que están participando más de 1.700 personas mayores de toda la región.
La consejera de Bienestar Social, Bárbara García Torijano, ha indicado que “este programa tiene como objetivo el Envejecimiento Activo, contribuyendo a la mejora de la calidad de vida de las personas mayores, aportando unas líneas básicas de actuación para conseguir un envejecimiento saludable, tanto físico como psíquico, con el objetivo de prevenir las situaciones de dependencia”.
En este sentido, “el programa va dirigido a las más 114.000 socias y socios de los 53 centros de mayores de titularidad pública del Gobierno regional, para los que se han ofertado una serie de talleres y actividades al aire libre, dinámicas, creativas y vanguardistas, donde se trabaja para conseguir unos beneficios a nivel físico, psicológico y social, y en función de las necesidades y la demanda de cada Centro de Mayores”, ha destacado García Torijano.
Los talleres se desarrollan dos o tres días por semana, con una duración de 45 minutos y los conforman grupos de 10 o 15 personas, siempre al aire libre como en parques, jardines, zonas verdes o instalaciones deportivas municipales donde las personas mayores practican deportes como Tai-Chi, Chi-Kung, Yoga, Pilates o Gimnasia suave, entre otros.
Los diferentes talleres son desarrollados por 30 monitores especializados en la actividad física con personas mayores, ya que el retorno al ejercicio debe hacerse de forma paulatina y progresiva, con el fin de prevenir cualquier tipo de lesión muscular o articular.
Con medidas de prevención y protección frente al Covid-19
El inicio de las actividades con las personas mayores se ha realizado con un criterio progresivo que ha combinado el retorno a la nueva normalidad con la garantía y el cumplimiento de las medidas recomendadas por la autoridad sanitaria, adecuando en todo momento los talleres a las medidas especiales de contención de la pandemia.
Por ello, con el fin de minimizar el riesgo que representa la pandemia para la salud de las personas mayores e intentando evitar situaciones que aumenten el riesgo de contagio entre los participantes, se respeta siempre el distanciamiento físico, es obligatorio el uso de mascarilla, se realiza control de asistencia a la actividad, así como toma de temperatura y desinfección de manos, entre otras.