Esther Padilla, la consejera Portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha, ha manifestado su rechazo al reciente trasvase de 27 hectómetros cúbicos autorizado el pasado martes, instando a una «modificación urgente» de las normativas que controlan estas prácticas. La crítica vino durante su aparición en una rueda de prensa para informar sobre las resoluciones del Consejo de Gobierno, donde recalció su apoyo a los municipios ribereños y la necesidad de un cambio en la gestión del trasvase.
La consejera alineó su postura con la de otras entidades y expertos, resaltando que existe un consenso generalizado sobre el asunto, a excepción del Partido Popular de Castilla-La Mancha, al cual critica por su silencio y falta de condena ante estas decisiones de trasvase.
Avances significativos se han hecho en materia de trasvases, reconoció Padilla, pero aún resta una labor considerable por realizar de forma inminente. La consejera argumenta que los trasvases mensuales observados son injustos y contraproducentes para el desarrollo económico de la región.
Detalló a su vez el impacto negativo que tienen estos trasvases sobre el río y sus aspectos naturales, subrayando los perjuicios sobre el caudal, la biodiversidad y las perspectivas de progreso de Castilla-La Mancha. Padilla concluyó su participación en la rueda de prensa reiterando su desaprobación de los trasvases que se ejecutan y enfatizando la urgencia de reformar las regulaciones que los permiten.