Este lunes 17 de junio comienza a operar en Castilla-La Mancha un innovador sistema de alertas por altas temperaturas, como parte del Plan Nacional de Actuaciones Preventivas de los Efectos del Exceso de Temperaturas sobre la Salud. Con el arranque de la temporada estival, se busca contrarrestar los problemas de salud que pueden surgir debido a la exposición a temperaturas elevadas.
Según fuentes del Gobierno regional, las altas temperaturas presentan una amenaza particularmente aguda para personas de edad avanzada, niños, así como individuos gestantes, aquellos que padecen enfermedades cardiovasculares, respiratorias, mentales o crónicas, quienes constituyen el grupo más susceptible a los efectos del calor intenso.
Con el propósito de mantener informada a la ciudadanía, este verano continuará la práctica de ofrecer datos acerca de cómo el calor afecta la salud y se proporcionará información diaria sobre los distintos niveles de riesgo vinculados al exceso de temperatura.
Este año se destacan novedades en la forma de distribución de la información, empezando desde este lunes con la implementación de las denominadas zonas de meteosalud. Esta división territorial fue establecida para precisar las alertas a la población y optimizar las estrategias de protección y prevención sanitaria frente al calor, reconociendo la importancia de la variabilidad geográfica en la gestión sanitaria.
Las llamadas zonas de meteosalud se han configurado en función de áreas de predicción meteorológica agrupadas por similitudes climatológicas, determinadas por la Agencia Estatal de Meteorología. La intención es adecuar los umbrales de riesgo en salud de manera más ajustada que el sistema anterior basado en observatorios provinciales.
El nuevo esquema establece varios puntos de control climático dentro de cada provincia de Castilla-La Mancha. Por ejemplo, en Albacete habrá tres lugares de monitoreo con umbrales de temperatura máxima que varían desde los 36,5°C en La Mancha albaceteña hasta los 37,9°C en Hellín y Almansa. Ciudad Real contará con cuatro puntos de referencia y temperaturas máximas fluctuantes entre los 37,6°C y los 39°C, mientras que Cuenca se dividirá en tres zonas de monitoreo, Guadalajara en otras tres, y Toledo también en cuatro, cada una con sus respectivas temperaturas límite establecidas.
Esta estrategia mejorada refleja un esfuerzo por parte de las autoridades de Castilla-La Mancha por proteger de manera más efectiva la salud pública frente a las adversidades asociadas con el incremento de las temperaturas durante el verano.