Castilla-La Mancha destaca que la rehabilitación de las Casas Colgadas en la ciudad de Cuenca, con el objetivo de volver a albergar un servicio de restauración, potenciará el atractivo turístico de la región.
El vicepresidente regional, José Luis Martínez Guijarro, ha visitado estas obras donde ha recordado que la imagen del icónico monumento de la ciudad de Cuenca, declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en categoría de Monumento en el 2016, ha sido uno de los reclamos utilizado en la campaña de promoción turística ‘Castilla-La Mancha. Tus vacaciones nunca han estado tan cerca’, puesta en marcha por el Ejecutivo regional a través de redes sociales y que ha alcanzado el medio millón de reproducciones.
Martínez Guijarro ha señalado que los datos de turismo y pernoctaciones de la ciudad y la provincia de Cuenca del pasado mes de agosto “nos hacen ser optimistas” y demuestran el interés que suscita entre los viajeros nacionales e internacionales, “a pesar de que ha sido un verano atípico por las restricciones a las que nos ha obligado la situación sanitaria por la pandemia de la COVID-19”.
Y es que Cuenca ha cerrado el pasado mes como la quinta provincia española con menor descenso en pernoctaciones hoteleras en agosto. A esto se suma que la ciudad también ha mejorado las cifras de visitantes que han acudido a la Oficina de Turismo con respecto al año anterior. De hecho, hasta el día 23 habían pasado 2.433 turistas, la mejor cifra de los últimos cuatro años, un 2,7 por ciento por encima de los 2.367 registrados en 2019.
Datos que ha ofrecido el vicepresidente autonómico durante la visita que ha realizado a las obras en dos de estos edificios, reconocidos internacionalmente por sus grandes balcones sobresaliendo en la alta cornisa rocosa de la hoz del río Huécar, que arrancaron hace más de año y medio y que cuentan con una inversión de 1.052.000 euros a cargo del Consorcio ‘Ciudad de Cuenca’.
Un giro de 180 grados a este espacio único
Con esta intervención se han incorporado la Casa de la Sirena y la Casa de la Bajada a San Pablo al conocido restaurante Casas Colgadas, diseñando un único establecimiento con una doble entrada al público y cinco comedores para 100 comensales. Un giro de 180 grados a los espacios interiores de este icono de la ciudad conquense que ha tenido como hilo conductor el Museo de Arte Abstracto Español.
En el exterior, los trabajos se han centrado en la reparación de las fachadas y el arreglo de las balconadas tan características y emblemáticas. Se ha restaurado integralmente la Casa de la Sirena, haciéndose la cubierta nueva y se han quitado los cables de sus fachadas, así como en la entrada del Museo de Arte Abstracto.