En una reciente declaración, José Manuel Caballero, que ocupa el cargo de vicepresidente segundo de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, ha expresado su firme oposición a las objeciones realizadas por la Comunidad de Madrid en relación con el Plan Hidrológico del Tajo, particularmente en lo que atañe a la depuración de aguas.
Durante su intervención en el cierre de la jornada ‘La Presidencia Española del Consejo de la Unión Europea’, llevada a cabo en la Universidad Cardenal Lorenzana de Toledo, Caballero enfatizó la importancia y el compromiso que deben mantener todas las administraciones públicas en materia de sostenibilidad medioambiental, incluyendo explícitamente la depuración de las aguas como una de dichas responsabilidades.
Caballero criticó la postura de la Comunidad de Madrid, señalando que no es aceptable que se disminuyan las exigencias en cuanto a la depuración de aguas. Además, destacó que, a pesar de estar dispuestos a trabajar conjuntamente con la Comunidad de Madrid—especialmente después de que el Ejecutivo madrileño interpusiera un recurso ante el Tribunal Supremo—, Castilla-La Mancha compartiría el objetivo de reivindicar la limitación de trasvase de agua «a lo estrictamente imprescindible al Levante».
No obstante, marcó distancias con respecto a la estrategia de confrontación adoptada por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, y el gobierno del Partido Popular en dicha comunidad. Caballero fue categórico al afirmar que el gobierno de Castilla-La Mancha no participará en lo que considera una «estrategia de confrontación y de conflicto interesado y fabricado» por la administración madrileña.
Este posicionamiento añade una nueva dimensión al ya complejo debate sobre la gestión del agua y los planes hidrológicos en España, subrayando las tensiones políticas y geopolíticas entre las comunidades autónomas por un recurso tan vital como el agua.