En un hito significativo para la conservación del lince ibérico, Castilla-La Mancha ha alcanzado una cifra récord de 715 ejemplares, representando así el 35% del total de la población de linces de la Península Ibérica. La consejera de Desarrollo Sostenible, Mercedes Gómez, ha hecho este anuncio destacando el éxito de los programas de reintroducción de la especie, en peligro de extinción, y elogió el esfuerzo colectivo que ha propiciado esta cifra histórica.
Mercedes Gómez compartió los datos oficiales durante la suelta de dos linces ibéricos al medio natural, poniendo de relieve el gran trabajo de seguimiento llevado a cabo por los técnicos de la Consejería, el cuerpo de Agentes Medioambientales, la empresa pública Geacam, la Fundación CBD-Hábitat y la colaboración del personal de las fincas implicadas en las reintroducciones.
Los números reflejan un panorama alentador: en 2023 nacieron 298 cachorros en libertad en Castilla-La Mancha, lo cual constituye el 41% del total de los nacimientos en la Península Ibérica durante ese año. De estos, 147 cachorros son de la zona de Montes de Toledo y 151 de Sierra Morena, en la provincia de Ciudad Real. Además, en la región hay un total de 150 hembras reproductoras asentadas que son fundamentales para la supervivencia de los cachorros.
El progreso continúa con el desafío de consolidar las poblaciones existentes, conectarlas entre sí y mitigar las amenazas hacia la especie, enfocándose en tres áreas de presencia estable del lince: Montes de Toledo, Sierra Morena Occidental y Sierra Morena Oriental. Además, desde 2024 se ha iniciado la reintroducción en una nueva área en la provincia de Albacete, llamada Campos de Hellín, y se está trabajando en establecer al menos dos zonas de conexión en La Jara y el Parque Nacional de Cabañeros.
El esfuerzo colectivo se destacó durante la liberación de dos linces nacidos en cautividad en 2023, cerca de Talavera de la Reina. ‘Uso’, el macho, proviene del centro de cría de La Olivilla en Jaén, mientras que ‘Ubriqueña’, la hembra, nació en el centro de Zarza de Granadilla, gestionado por el Organismo Autónomo de Parques Nacionales. Ambos ejemplares son parte del Programa de Conservación Ex Situ del lince ibérico.
La colaboración intersectorial ha sido clave en este proceso, involucrando a municipios, propietarios de fincas privadas, colectivos de cazadores, cotos de caza y grupos conservacionistas. La consejera de Desarrollo Sostenible recalcó la importancia de esta cooperación para el regreso exitoso del lince a la comunidad de Castilla-La Mancha. Con esto, el esperanzador futuro del lince ibérico se ve chaque vez más tangible en la región.