Paco Cuervo, junto a su esposa, maestra de profesión, aterrizó en la localidad de Letur en 1985, dotado de una visión que transformaría la vida rural de la región. Fue en 1989 cuando esta visión cobró forma con la creación de Cantero de Letur, una iniciativa pionera en la producción orgánica, un concepto emergente en aquellos tiempos. Cuervo y sus colaboradores, con la solidaridad de 20 vacas, pusieron en pie lo que hoy es un referente de la industria láctea orgánica en España.
Cantero de Letur no tardó en diversificar su catalogación, llegando a producir anualmente 4 millones de litros de leche en variadas formas, desde los apreciados kéfirs hasta yogures y otras delicias lácteas, con una cartera actual que alcanza medio centenar de productos. Sin embargo, los comienzos estuvieron lejos de ser sencillos y estuvieron marcados por las adversidades financieras, así como por la enfermedad de su fundador a principios de los años 90.
La dirección de la compañía fue asumida en esos tiempos críticos por Juan Leralta y Pilar Lecina, esposa de Paco. Su gestión marcó un punto de reanimación para Cantero de Letur, dando sus primeros frutos en 1995, momentos que coincidían con los primeros yogures y la incorporación de leche de cabra en su línea de producción.
Pablo Cuervo, heredero de la pasión de su padre por la empresa, tomó las riendas cuatro años más tarde, manteniendo intactos los ideales altruistas y ecológicos que inspiraron la empresa. El compromiso de Paco Cuervo no era sólo generar beneficios económicos, sino también beneficiar a la comunidad de Letur. Hoy, la institución cuenta con casi 100 trabajadores entre fábrica y granjas y continúa generando un impacto integral en la economía local y comarcal.
Cantero de Letur, en aras de contribuir al desarrollo comunitario de su entorno, ha puesto en marcha el proyecto «Letur Repuebla», que ha conducido a la edificación de viviendas destinadas para nuevas familias. Además, proyecta la expansión de su centro de producción y un refuerzo en su infraestructura con un nuevo centro logístico.
En 2021 inauguraron una granja de cabras para abastecerse de leche de producción propia, apuntando a alcanzar las 4.000 cabezas. Esta granja, además, funge como espacio de aprendizaje y acercamiento para escolares, turistas, clientes y proveedores.
Desde hace más de dos décadas, la empresa tiene la costumbre de destinar el 10% de sus beneficios a la cooperación internacional, con el fin de saldar lo que consideran una «deuda de Occidente con los países del sur», involucrándose en proyectos como el documentado ‘Las 75’ en Etiopía. Conscientes de la necesidad de crecimiento sostenido y de devolver a su territorio, también reinvierten la mayor parte de sus utilidades en su propio crecimiento y expansión.
La sostenibilidad forma parte integral de la empresa, con la instalación de sistemas fotovoltaicos, la recolección de agua pluvial y el reciclaje de calor, todo ello complementando su promesa de mínima intervención en los procesos naturales de producción alimentaria y en la investigación constante para la innovación de sus productos.
Cantero de Letur acumula diversos galardones que validan su compromiso y excelencia, entre ellos el reconocimiento por Mejores Prácticas de Consumo del Gobierno de Castilla-La Mancha, el Premio Nacional Alimentos de España y muchos otros que destacan su dedicación a la igualdad, la sostenibilidad, y la innovación.
Tras 35 años de arduo trabajo y persistencia, Pablo Cuervo se enorgullece de cómo Cantero de Letur ha colaborado en transformar la región de Letur en un epítome de la producción de leche de cabra orgánica, propulsando la economía de la zona y superando las expectativas clásicas de una ganadería tradicional.
