Paco Cuervo, en compañía de su esposa, maestra de profesión, se asentó en el municipio de Letur en 1985. Con el capital de una herencia, decidió fundar Cantero de Letur en 1989, apostando por la producción ecológica en una época donde el concepto era aún desconocido para muchos. Inició su trayectoria empresarial con la ayuda de amigos y 20 vacas, y hoy día produce 4 millones de litros de leche de vaca, cabra y oveja, dando vida a un amplio catálogo de productos lácteos.
Los primeros años fueron complicados y se vieron marcados por números rojos y la enfermedad del fundador en 1993. Fue entonces cuando Juan Leralta y Pilar Lecina, esposa de Cuervo, tomaron las riendas de la compañía que empezó a despuntar en 1995 con yogures y leche de cabra. En la trayectoria de más de tres décadas, Pablo Cuervo, hijo del fundador, ha mantenido los principios de la empresa, ahora con casi cien trabajadores entre la fábrica y granjas asociadas.
Cantero de Letur ha trascendido lo económico para convertirse en un dinamizador local, con proyectos como Letur Repuebla, iniciativa que ha resultado en la construcción de 10 viviendas para atraer y asentar nuevas familias. Además, trabaja en la expansión de su infraestructura con un nuevo centro de 2.200 metros cuadrados que potenciará su producción.
En 2021, Cantero de Letur inauguró una granja propia de cabras, que ya provee la mitad de la leche que procesan. La granja también funciona como centro de divulgación, con visitas escolares y turísticas, y se prevé alcanzar las 4.000 cabezas de ganado.
La empresa tiene un fuerte compromiso con la cooperación internacional, reinvierte el 10% del beneficio anual en proyectos como en Etiopía, donde colaboran con una entidad que proporciona cabras a familias. Además, reinvierten tres cuartas partes del beneficio en crecimiento y desarrollo local.
Cantero de Letur incorpora la sostenibilidad en su ADN, con paneles solares, recolección de agua de lluvia y reutilización de calor generando una operación consciente y respetuosa con el medio ambiente. Mantiene altos estándares de calidad, seguridad alimenticia e innovación en sus procesos y productos.
Su excelencia le ha valido más de veinte premios, destacando el de Mejores Prácticas de Consumo por el Gobierno de Castilla-La Mancha, entre otros reconocimientos por innovación, calidad, igualdad y responsabilidad social y ambiental. El éxito de Cantero de Letur muestra cómo es posible unir empresa, ética y ecología para generar un impacto profundo y sostenible en una comunidad.