Cancelación de la Tradicional Ceremonia al Aire Libre: Motivos Detrás de la Toma de Posesión de Trump en un Recinto Cerrado

En un giro significativo a los precedentes, la segunda investidura del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, está marcada por decisiones únicas y una asistencia controvertida. Con actos protocolarios iniciando días antes del 20 de enero, Trump ha optado por llevar a cabo el evento en ambientes cerrados, citando las condiciones climáticas adversas como la principal razón.

A pesar de la importancia del evento, varios líderes del ámbito empresarial, específicamente del Ibex, han comunicado su ausencia, atribuyéndola a conflictos en sus agendas. Sin embargo, el mundo tecnológico no se queda atrás, con dos entidades prominentes anunciando donaciones millonarias para la ceremonia, demostrando un apoyo financiero sólido hacia el presidente electo.

El itinerario de Trump incluye una conmemoración exclusiva en su club de golf en Sterling, Virginia, anticipando la presencia de 500 donantes y simpatizantes. A esto se suma un mitin planeado en el Capital One Arena y una visita al Cementerio Nacional de Arlington, actividades que subrayan la importancia de la ocasión.

Este año, la investidura coincide con el Día de Martin Luther King, resultando en el cierre de oficinas gubernamentales y servicios nacionales. A lo largo del día, siguiendo la costumbre, Trump y el vicepresidente electo prestarán juramento al mediodía en el Capitolio, seguido del discurso inaugural y una revisión de tropas antes del desfile hacia la Casa Blanca.

No obstante, en una movida inusual confirmada por Trump en Truth Social, la toma de posesión se realizará dentro de la Rotonda del Capitolio, una elección inspirada por el acto de Ronald Reagan en 1985 y las actuales condiciones climáticas extremas. Este cambio de ubicación apunta a los desafíos logísticos impuestos por la onda de frío ártico que afecta al país, especialmente en el noreste.

Además de los juramentos y discursos, la agenda incluirá el almuerzo inaugural en el Capitolio, donde Trump firmará sus primeros decretos presidenciales. La jornada culminará con un desfile repleto de bandas militares y carrozas, seguido de recepciones oficiales y una gala, marcando oficialmente el comienzo de su término.

Esta serie de eventos, desde la preferencia por un entorno cerrado hasta la notable ausencia de ciertos líderes empresariales, resalta una investidura que se desvía de la convención. Mientras algunos sectores ofrecen su apoyo incondicional, otros optan por una distancia deliberada, reflejando la división de opiniones que caracteriza el panorama político actual en Estados Unidos.

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