La frontera sur de Estados Unidos ha experimentado una notable disminución en los cruces ilegales durante el mes de enero, coincidiendo con el regreso del expresidente Donald J. Trump a la Casa Blanca y su inmediata implementación de nuevas medidas para frenar la inmigración ilegal. Según los datos más recientes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza (CBP), el número de aprehensiones en la frontera se situó en 61,465, lo que representa una caída del 36% en comparación con diciembre. Esta cifra incluye 29,116 aprehensiones a lo largo de la frontera, la más baja desde mayo de 2020, y 32,349 en puertos de entrada.
El impacto de estas políticas se hace evidente al analizar las estadísticas más detalladas. Entre el 21 y el 31 de enero, las aprehensiones realizadas por la Patrulla Fronteriza cayeron un 85% en comparación con el mismo periodo de 2024, mientras que el número de migrantes interceptados en los puertos de entrada se redujo en un asombroso 93%. Este cambio drástico contrasta con los promedios de la administración anterior, donde se registraban cerca de 141,710 encuentros de inmigrantes ilegales en enero, debido a políticas que permitían a los migrantes permanecer indefinidamente en las comunidades locales.
Bajo la nueva administración, las tácticas han cambiado radicalmente, propiciando que las aprehensiones sean más eficientes y que los inmigrantes ilegales sean deportados de manera expedita. Este fenómeno ha llevado a algunos a acuñar el término «Efecto Trump», sugiriendo que las estrictas medidas de control migratorio implementadas rápidamente han influido significativamente en la reducción de los cruces ilegales.
Este panorama podría marcar un punto de inflexión en el debate en torno a la inmigración en el país, ya que los críticos de las políticas anteriores argumentaban que fomentaban un entorno propicio para la inmigración ilegal. La administración actual enfrenta la difícil tarea de mantener el equilibrio entre el control de la frontera y el tratamiento humano de quienes buscan una mejor vida en EE.UU. Con una baja considerable en los cruces ilegales, la gestión de la frontera sur se ha convertido en un tema prioritario no solo para la administración de Trump, sino también para los ciudadanos que observan el impacto de estas políticas en sus comunidades.
Fuente: WhiteHouse.gov
